EL EQUIPO LIDERADO POR EL HISTORIADOR MIGUEL CABALLERO PËREZ, CRONISTA OFICIAL DE LÁCHAR (GRANADA), Y EL ARQUEÓLOGO JAVIER NAVARO INICIA LAS EXCAVACIONES EN EL PEÑÓN DEL COLORADO
El equipo de arqueólogos liderado por Miguel Caballero, cronista oficial de Láchar, y Javier Navarro ha iniciado este lunes la búsqueda de la fosa en la que están enterrados el poeta Federico García Lorca el maestro Dióscoro Galindo y los bandilleros Joaquín Arcollas y Francisco Galadí.
Los primeros movimientos de tierra se han iniciado a las 8:10 de la mañana en el paraje de Alfacar conocido como el Peñón del Colorado. Los cinco arqueólogos del equipo -Javier Navarro, Miguel Caballero, Sonia Turón, Javier Iglesias y Patricia Aznar- han establecido una pequeña área de 6×28 metros que es donde los estudios geofísicos y geoarquelógicos realizados entre 2013 y 2014 indican que es más probable que estén las fosas en las que fueron enterrados. Es allí, a unos centenares de metros del parque García Lorca, donde se están desarrollando las excavaciones.
Tres técnicos adscritos a una empresa vinculada a la Junta son los encargados de manejar la retroexcavadora y el camión con el que se está sacando la tierra. La previsión de Navarro y Caballero es que puedan alcanzar la cota original de 1936 el próximo 30 de septiembre, aunque dadas las dimensiones de la maquinaria empleada podría reducirse el periodo.
En el Campo de tiro
La zona en la que se están desarrollando los trabajos, conocida como el Peñón del Colorado, fue escenario de graves sucesos durante la Guerra Civil. Tal y como indican los documentos y testimonios recabados por el historiador Miguel Caballero, este lugar fue campo de tiro de las tropas rebeldes tras el golpe de estado y escenario de numerosas ejecuciones. La tesis sobre la que se apoya el equipo es que fue aquí, en alguna de las tres pozas que se encontraban en la zona, donde enterraron a Lorca, Galindo, Arcollas y Galadí, después de ser tiroteados la madrugada del 17 de agosto de 1936.
“Era una zona fácil, cercana y alejada a la vez del pueblo, con vaguadas y pozas que facilitaban la tarea de esconder los cuerpos”, explica Sonia Turón, miembro del equipo que realiza las excavaciones.
El lugar sufrió una fuerte alteración pasados los años hasta el punto de ser escenario de la construcción de un campo de fútbol en el año 1998. Alrededor de 12.000 metros cúbicos de arena se echaron entonces sobre una zona de 6.800 metros cuadrados, el mismo escenario que pudo ser la tumba de los fusilados.
Ahora el equipo se afana en retirar una parte de ese material, calculan que alrededor de 640 metros cúbicos de tierra, para encontrar las pozas originales en las que pudieron encontrar su destino final Lorca y sus compañeros.
Fuente: http://www.ideal.es/