TRES NUEVOS COFRADES DE HONOR, MIGUEL POCOVÍ, CATEDRÁTICO DE BIOQUÍMICA DE LA UNIVERSIDAD DE ZARAGOZA; LUIS TOYOS, DIRECTOR DE RADIO ASTURIAS; Y JOSÉ ANTONIO FIDALGO, EMINENTE GASTRÓNOMO Y CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA
Cuando un ovetense se pone a hablar del Desarme le viene el olor de esos garbanzos con bacalao y espinacas al calor del fuego, ese regusto inconfundible que deja un buen arroz con leche y un sinfín de batallitas con amigos mientras los callos desaparecen de la mesa. Es la tradición gastronómica que enorgullece a la ciudad desde hace ciento ochenta años y que, de la mano de los hosteleros, crece en cada edición. Tanto, que esta vez han pedido para el Desarme una calle o plaza.
Aunque parezca casi un milagro que ese menú haya sobrevivido tantos años y que regrese a las mesas de la ciudad cada 19 de octubre, la tradición está plenamente arraigada y desde hace cuatro años cuenta con unos padrinos de lujo. La Cofradía del Desarme nació entonces para defender y promocionar el menú tanto en Oviedo como en otras regiones. Se sirve, cuenta el cofrade mayor, Miguel Ángel de Diego, hasta en Sevilla. «Durante estas jornadas del Desarme se servirán más de 20.000 menús. Es una tradición sorprendente», expresaba ayer De Diego durante la celebración del cuarto capítulo de la cofradía.
Tres nuevos cofrades de honor, Miguel Pocoví, catedrático de Bioquímica de la Universidad de Zaragoza; Luis Toyos, director de Radio Asturias; y José Antonio Fidalgo, eminente gastrónomo y cronista oficial de Colunga, defendieron las bondades de este menú que sobre todo, insistieron, «es una fiesta de amistad. Un día en que compañeros de trabajo, amigos y familiares comparten mesa».
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