POR JOSÉ MARÍA FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Pues aunque no estemos en Cuaresma, que son días penitenciales, sí estamos cercanos a las festividades de Todos los Santos (1 de noviembre) y de Los Difuntos (2 de noviembre); días que la Iglesia católica destina al recuerdo de los que gozan de la gloria celestial (aunque no hayan sido beatificados ni canonizados) y al de todos los fieles difuntos para que también ellos disfruten del cielo.
¿Y eso qué tiene que ver con el bacalao?
Pues, hombre, así «a bote pronto» (expresión actual muy cursi) les diría que nada.
Pero como por Colunga solemos decir que «Por los Santos la nieve en los altos», y sospechando que se cumpla ese pronóstico, pues me dije: ¡Demonios! (Perdón, ¡Santo Cielo!), vamos a degustar en estos días de frío y cementerios un plato sencillo, caliente y muy sabroso.
Yo recuerdo -de esto ya llovió, pero la historia se repite- que los antiguos, al llegar estos días finales de octubre siempre insistían en dos advertencias: «Fíos, no os olvidéis de arreglar les sepoltures y de pagar la contribución!».
Bueno, pues este guiso que les ofrezco puede ayudar al trabajo de limpieza de sepulturas y a tranquilizar el cuerpo ante el recuerdo de seres perdidos.
Lo haremos así:
A) Pelamos patatas de tamaño mediano y las cortamos en rodajas semifinas que, sazonadas con muy poca sal, freímos en aceite. Se reservan.
B) En sartén con aceite preparamos un pisto al modo acostumbrado (cebolla, pimiento, ajo, tomate, calabacín) y, ya en su punto, le agregamos bacalao desmigado (previamente desalado) y «corales» («huévares») de oricios, aromatizando con un chorro de fino andaluz.
Da unos hervores y se reserva.
C) Se elabora una bechamel según costumbre (leche, harina, mantequilla) que ha de resultar un poco espesita.
D) En una fuente de horno se dispone un lecho de patatas fritas; encima, el pisto de bacalao y sobre él, nueva capa de patatas fritas. Se cubre con la bechamel y va al horno, a 180º C, con calor de techo, para que la bechamel gratine superficialmente.
Ya les digo: un plato de cielo para gozar con Todos los Santos.