POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Imprimo estos billetes tempranín porque es cuando las musas vienen a ofrecerme tinta fresca. Esta vez, en cambio, tuve que esperar para conocer la decisión de Pedro Sánchez y, ya a media mañana, en lugar de las musas acudió en mi ayuda el puerco espín. El puerco espín es un animal que, cuando parece que huye, ataca marcha atrás y clava las púas de su cola en el hocico de los perseguidores. En su discurso, Pedro Sánchez parece que se rinde, se emociona en el adiós y a fin de cuentas da marcha atrás y le mete un puyazo a la gestora. Los leopardos de Mauritania se hacen los muertos panza arriba bajo el árbol donde viven los babuinos; también otros animales emplean la tatanosis, un rendirse aparente, un hacer la zarigüeya, pero con ánimo de atacar más que huir. En suma, Pedro se va, al tiempo que se enquista y ataca a lágrima viva. No es no. Ya aprenderá a conceder.
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