POR JOSÉ ORTIZ GARCÍA, CRONISTA OFICIAL DE MONTORO (CÓRDOBA)
Desde la antigüedad más remota la cantería ha estado muy presente en nuestra localidad, sobre todo en lo referente a la piedra molinaza, cuya primera cita documental la encontramos en el libro de cuentas, pujas y obligaciones de escrituras públicas que se toman a los tesoreros de los Bienes de Propios sobre los arrendamientos de terrenos y dehesas pertenecientes al Concejo de Montoro en el año 1592.
Cada cantero picaba sus sillares colocandole un signo, que se utilizaba para contabilizar y pagar cada pieza realizada. Era normal que estos tuvieran a su cargo aprendices, a los cuales, en ocasiones, mandaban para picar signarios en losas de piedra que luego quedaban tiradas en el campo.
En los campos, murallas, edificios civiles y en casi todas las iglesias del término podemos encontrar este tipo de signario.