POR JOSÉ ORTIZ GARCÍA, CRONISTA OFICIAL DE MONTORO (CÓRDOBA)
Desde el siglo XVII tenemos constancia de la existencia de los llamados Vía Crucis, que recorrían los montoreños del pasado para realizar sus penitencias diarias o en Semana Santa el día del Domingo de Ramos por la tarde.
El más antiguo que se conoce es el de San Roque o del Señor del Calvario, que desapareció pocos años antes de la Guerra Civil. Éste se iniciaba el Santiago y culminaba en la ermita de San Roque, posible lazareto para los enfermos de la Peste Bubónica.
Una vez pasados los años de posguerra, en el año 1965, un albañil realiza los planos para volver a realizarse una procesión de antorchas siguiendo los pasos del extinguido Vía Sacra. Se recomponen cruces con columnas del Hospital de Jesús Nzareno (según fuentes orales) y en el centro del Puente Mayor se coloca esta Cruz de forja por la familia de herreros Ramos.
La fotografía tiene sus años y por eso en la cruz aparece el cartel de obras.