POR MANUEL LÓPEZ FERNÁNDEZ, CRONISTA OFICIAL DE VILLANUEVA DEL ARZOBISPO
La digitalización del archivo del convento de dominicas de Santa Ana, y el Libro de Protocolos de los trinitarios del Santuario de la Virgen de la Fuensanta, nos permitirá ofrecer algunos documentos, que puedan resultar de interés.
Convento de Santa Ana El convento fue fundado por Fray Domingo de Baltanás en el año 1540. Fray Domingo, nació en Villanueva del Arzobispo, el día 22 de julio de 1488, gran filósofo, teólogo y escritor uno de los hijos destacados de la Orden de Predicadores. Procedentes del convento de Santa María de Baeza llegaron las primeras religiosas al convento de Villanueva. Como priora Sor Dominica de Santo Tomás, Sor María del Espíritu Santo, Sor María de Santa Isabel, Sor María del Corpus Christi, Sor María de Santa Inés, Sor María de San Agustín, Sor María de Santa Ana, Sor María de San Joaquín, Sor María de Santiago.
Fray Domingo, fundó varios de conventos, en Úbeda, Baeza, La Guardia, Salamanca, Sevilla, Zafra, Lepe, Iznatoraf, Villanueva…
Publicó más de veinte obras de las que destacaremos “Manual de la Orden de Predicadores”, “Compendio de Filosofía Natural, “Doctrina Cristiana”, Enchiridión de Estados”, “Vida y hechos notables del real Profeta David y excelencias del Salterio”, “Sermones”.
La Inquisición abre un proceso contra él a finales de 1561. Fue desterrado a Alcalá de los Gazules, donde murió en 1568.
Libro de las profesiones 1542- 1600 (I) La portada, según Felipe Herreros “ es un grabado con la decoración de estilo grutesco, dispuesto a modo candilieri, en la parte de arriba izquierda se representa la figura de Santo Domingo de Guzmán, a la derecha otro dominico con un cáliz y una forma. En el centro coronando toda las escena el nombre de Jesús”.
En la portada muy bien trabajada en el aspecto caligráfico y de adornos, podemos leer “En el nombre de Dios nuestro Señor y de la benditísma Virgen María , madre suya y señora nuestras y de nuestro glorioso Santo Domingo; en este libro se escriben los días meses y años en que hacen su profesión y reciben velo las religiosas que entran en este convento de Santa Ana de Villanueva del Arzobispo y las dotes que cada una trae; y que este convento de Santa Ana fue fundado y se comenzó a poblar de religiosas , sábado santo a veintisiete días del mes de marzo de mil quinientos y cuarenta y no se tuvo esta cuenta y orden hasta el mes de Julio del año de sesenta y siete; la comenzó el muy Reverendo padre Fray Tomás Gómez, siendo vicario de este dicho convento para que de aquí en adelante se guarde”
En la otra parte de este libro vuelto lo de abajo, arriba se ponen las ganancias que dicho convento recibe de las religiosas que en el profesan para que todo haya cuenta y razón como conviene.
He consultado varios documentos del archivo dominico, así como este libro de profesiones de las monjas. He comprobado como los que escriben estos documentos, consultan algunos datos de la tradición oral, a las religiosas del convento; tal vez por la desaparición de los documentos originales, en los momentos de persecución del fundador Fray Domingo de Baltanás por la Inquisición, en torno a 1561, hasta 1568., Fray Álvaro Huerga escribió hasta aquí llegó como miembro de la Inquisición “Gasco viejo servidor del oficio. Gasco era “harto grande, confuso e de mala digestión”. La fecha de esta visita fue abril de 1561”.
Sería numerosa la documentación que se llevó o destruyó. No hay ningún documento firmado por Fray Domingo, a pesar de actuar como vicario en la ceremonia de toma de hábito a distintas religiosas. Inmensa la labor del vicario Fray Tomás Gómez, que ordenó y rescató “oralmente” parte del archivo tomado del convento por la Inquisición. En la profesión de Sor María de Trinidad, escribe “no me saben decir el mes ni el día”. Sor María de la Paz “tomó velo uno de los días de Pascua de Navidad”, Sor María de San Lucas” no se puso en su lugar porque no se acordase que año era”.
A lo largo de los 60 años desde 1540 a 1600, profesan cuarenta y seis religiosas, algunas de ellas legas o de coro.
La primera que profesó fue Sor María de Jesús, el sábado nueve de abril de mil quinientos cuarenta y dos, con la Reverenda Madre, Sor Dominica de Santo Tomás, y tomó velo, se lo dio el prior Muy Reverendo Padre fray Domingo de Baltanás, vicario en esta, natural de esta villa, el cual fundó y dotó este dicho convento, y residía como prelado. La dote no sé quién lo recibió, lo dirá.
.- Hasta mediados el año mil quinientos setenta y siete, que aparece la nota de la cantidad de la dote, que daban las religiosa al entrar en el convento, se repite la fórmula “ El dote, que trajo, dará cuenta quien lo recibió”.
En las tres primeras tomas de hábito, abril de 1542 el vicario que les da el velo es Fray Domingo de Baltanás; en notas del convento indica que dio el velo a las siete primeras religiosas. La segunda religiosa que profesó fue Sor María de Cristo Messia, el 24 de abril de 1542. Era sobrina del fundador, que sería nombrada priora al año siguiente de su profesión. Le dio la profesión la reverenda madre sor María del Espíritu Santo, priora, y el día siguiente, Santa Catalina, tomó velo del muy reverendo padre fray Domingo, hermano de su padre, y fundador del convento.
La tercera religiosa que profesó fue Sor María de la Cruz, martes víspera de la Asunción, del año mil quinientos cuarenta y tres, le dio la profesión la Reverenda Madre Sor María de Cristo, y tomó el velo de Fray Domingo de Baltanás.
Los nombres que toman al profesar son de santos o santas, se repiten Sor María de Santo Domingo, Sor María Magdalena o Sor María de San José.
Cuatro de las que ingresan son como hermanas legas. “sor María de la Corona, profesó para hermana lega, el día de la Magdalena, era, priora sor María de San Pedro Mena”.
La última de las monjas de este siglo 1599, sor María de Cristo igual, que otras posteriores, llevan en nota marginal (Vive hoy).
El calendario para las ordenaciones ofrecen un amplio abanico de fechas, desde el Domingo de Resurrección y siguientes, Asunción, santa Catalina, Inmaculada, San Juan, Degollación de San Juan Bautista… En ocasiones son varias las religiosas que profesan, conjuntamente.
Sor María de Santa Ana, que profesó en febrero de mil quinientos setenta y siete, tiene una nota marginal, en que ratifica su profesión en 1631, de manos del padre vicario que lo firmó, fray Fernando de Magdalena. Es la primera que quedó reflejada su dote en trescientos cincuenta ducados. Sor María de San Pablo su dote fue de trescientos ducados en reales, en siete cartas de censo, todos en la villa de Beas.
Con las dotes de otras monjas se pudieron finalizar las obras del convento y adquirir trigo y cebada: Sor María de Santo Andrés: “Su dote fue de 300 ducados en dinero contado y con ello se comenzaron las obras del paño del claustro que cae hacia la huerta, y el refectorio y el dormitorio”. Su prima Sor María de Santiago con otros trescientos ducados de dote, contribuyó a las obras citadas. Ambas religiosas tomaron el velo de su tío Padre Fray Andrés.
Las hermanas sor María de la Ascensión y sor María de la Trinidad profesaron el mismo día por el reverendo padre fray Juan del Espíritu Santo. La dote de las dos hermanas fue de trescientos ducados cada una. Con el dinero ingresado se hizo la pared del claustro que sale a la calle Repullete y se hizo el suelo a la iglesia, la puerta de seglar y dos tejados, uno sobre teja y otro y chimenea, sobre el portal que es paso, para ir al claustro.
Sor María de Resurrección profesó en abril de 1584, su dote fue de cuatrocientos ducados, que se gastaron en acabar el dormitorio segundo y materiales de madera y cal para dichas obras, unos doscientos ducados se gastaron en comprar trigo y cebada para el año.
Una nota marginal indica que estas obras están recogidas en una inscripción que hay en el magnífico refectorio.
Sor María de Cristo fue la última religiosa que profesó en el convento, en el siglo XVI. Estas son las primeras religiosas que cimentaron con la oración y trabajo este convento de dominicas de Santa Ana, desde su fundación en 1540.