POR JOSÉ ORTIZ GARCÍA, CRONISTA OFICIAL DE MONTORO (CÓRDOBA)
En el barrio de la Silera, uno de los más transitado para salir de la población en dirección a Córdoba, hay multitud de historias y relatos que iremos desdeñando a lo largo de los meses.
Este barrio toma su nombre por los silos y alhoríes que existían en este descampado desde el siglo XIII, los cuales fueron perdiendo terreno conforme el avance de las casas iba produciéndose.
Hoy en día es muy común que salgan silos en la parte relacionada con el Molino que lleva este nombre, y por los alrededores cada vez que se decide hacer cualquier obra.
Aún recuerdo los grandes silos que salieron en los pisos finales de la calle Bartolomé Benítez Romero y en las tres explanadas al efecto donde aún se ven señales del inicio de algunos de ellos.
Aquí os presentamos una imagen con un puesto de jeringa que se alzaba en mitad de esta plazoleta, con su gran paraguas y todos los avíos para ello. Allí se concentraban muchos vecinos y chiquillería para conseguir este rico producto.
No recuerdo el nombre de la mujer que hacia la masa frita pero seguro estoy que saldrá pronto a relucir por los montoreños de buena memoria.
Espero que os guste y sea de vuestro agrado.