POR JOSÉ ORTIZ GARCÍA, CRONISTA OFICIAL DE MONTORO (CÓRDOBA)
«De casas blancas, la montaña no se derrite»
Montoro ha sido siempre un pueblo donde la cal ha brillado por cada rincón. Agente antiséptico que se empleaba para evitar la presencia de insectos y gérmenes que contribuían al desarrollo de epidemias como la peste o el cólera morbo. Las noticias que tenemos de grandes episodios de enfermedades que precisaban de cuarentena en el siglo XIX, hicieron que bajo bandos se mandase emplear la cal en todos los edificios llegándose a pintar hasta la iglesia parroquial y las Casas del Ayuntamiento.
La fotografía pertenece al archivo de Cristóbal Fregenal, la cual fue realizada en torno a 1972 aproximadamente, y donde se aprecia como las pizarras del paleozoico se funden con las construcciones del hombre en esta bella toma de la calle de las Grajas