DESTACA QUE LOS DOCUMENTOS SON «IMPRESCINDIBLES PARA EL ESTUDIO DE LA ZONA RURAL CENTRAL DE ASTURIAS» AL REFLEJAR LA SOCIEDAD DEL SIGLO XVIII
«Es un fondo inédito», apuntó el vicepresidente del Real Instituto de Estudios Asturianos (Ridea), cronista oficial de Piloña y especialista en historia monástica, Andrés Martínez Vega, sobre la «Colección de documentos del convento de la Purísima Concepción de Villaviciosa», que ayer presentó en la iglesia del cenobio. Es una obra editada por el RIDEA.
Las monjas clarisas de Villaviciosa perdieron su archivo en 1936, al quemarse en un incendio, por lo que Martínez Vega ha tenido que desarrollar una ardua labor de investigación en el Archivo Histórico de Asturias, en la que empleó unos 4 años buceando en documentos notariales de Villaviciosa y de concejos entre 1702 y 1754. De estos papeles se obtiene una «información inmensa» sobre la sociedad de la época, por lo que esta colección «es imprescindible para el estudio de la zona rural central de Asturias».
Andrés Martínez Vega destacó que la comunidad de monjas clarisas de Villaviciosa nació como beaterio, es decir como una comunidad de beatas hasta la fundación del convento en el siglo XVII, pero no se las reconocerá como monjas de clausura hasta 1753. El autor del libro incluye también las primeras constituciones para vivir bajo unas normas, que les concedió el obispo Agustín González Pisador. En esta colección de documentos, además, incorpora un índice onomástico y patronímico.
La madre abadesa, María Luisa Picado, destacó que el de Andrés Martínez Vega, con gran vinculación con las clarisas maliayesa, ha sido «un trabajo de documentación ímprobo». Por lo que le agradeció el «tiempo, estusiasmo, cariño hacia la casa y trabajo». Reconoció que es «una persona muy entrañable para la comunidad». «Sin el apoyo moral, económico y la empatía con la gente es muy difícil que un monasterio siga funcionando hoy».
El archivero de la catedral de Oviedo y sacerdote maliayés, Agustín Hevia Ballina, repasó la historia del «Franciscanísmo en Asturias y Franciscanísmo en Villaviciosa». El convento de esta orden de San Juan de Capistrano maliayés, con colegio y seminario para misioneros, se inauguró en 1694, aunque antes hubo presencia de franciscanos en Villaviciosa. Los frailes tuvieron como primera residencia el hospital de Sancti Spiritus (escuelas graduadas). En 1835 los religiosos fueron expulsados y parte del monasterio fue cedido al Ayuntamiento y pasó a ser hospital. Hoy es la residencia de ancianos.
Fuente: http://www.lne.es/ – Mariola Menéndez