POR JOAQUÍN CARRILLO ESPINOSA, CRONISTA OFICIAL DE ULEA (MURCIA)
El diccionario de la Lengua Española define “atajo de cabras» como las manadas de animales productores de leche que ocasiona numerosos daños en los sembrados por donde pasaban. También se les define como el itinerario que se les marca a la manada, con el fin de evitar los daños en los sembrados o, por lo menos, aminorarlos.
Pues bien, buscando en los anales de la historia de Ulea, nos encontramos que el día 9 de noviembre, del año 1793, el regidor Alejo Manresa, ordenó a los miembros del consistorio municipal que vigilaran los pasos de los ganados con el fin de que no deterioraran los sembrados en la huerta y campos. De esa forma se evitarían los graves perjuicios que se ocasionaban a los labradores; que se veían incapaces de poderlos subsanar.
A tal fin, el alcalde ordinario Joseph Piñero López, con la inestimable colaboración del párroco Miguel Tomás Abenza, hijo del mayor latifundista del pueblo, hicieron saber a la población que, si no conducían al ganado de cabras y ovejas, por los caminos señalados para tal menester, serían sancionados con una multa equivalente a los daños causados y, si fueran reincidentes, serían privados de libertad al tener que cumplir condena en la cárcel localk, ubicada en la mazmorra del tercer piso del Ayuntamiento.
Para conseguir dicho cumplimiento, ordenaron cuales serían «los caminos de cabras y ovejas» del municipio de Ulea. Eran los siguientes:
– El camino del pocico. El camino del aljibe. El camino del algarrobo.El camino de «La cuna».El camino de «La ermita de San Sebastián».El camino de la noria Villar de Felices. El camino de las piqueras.El camino del corralón. El camino de las eras. El camino del soto y El camino del Barco Viejo.
El Consistorio a instancias del regidor Alejo Manresa, acuerda qué, los Caballeros Comisarios designados, celen para que las cabras y ovejas del término municipal, transiten por los atajos señalados y, a la vez, tomen nota del número de cabezas de ganado que transitan por los mismos; transmitiendo dichas consignas a los dignatarios del Ayuntamiento.