POR JOSÉ ORTIZ GARCÍA, CRONISTA OFICIAL DE MONTORO (CÓRDOBA)
Hoy presentamos de cara al conocimiento cultural de nuestro pueblo, una de las imágenes conservadas en el Archivo del Ayuntamiento de Montoro dedicadas a la solemne procesión del regalo de la talla de San Francisco Solano, por parte de la ciudad de Montilla (pueblo hermanado con Montoro), en recuerdo a los episodios que el Santo protagonizó en nuestra localidad con motivo de curar y tratar a personas enfermas en 1583.
Esta imagen se decidió instalar en la antigua capilla del Cristo de la Humildad en la iglesia de San Sebastián donde en la actualidad se conserva destinada al culto.
La Calle de San Francisco Solano, era conocida desde el siglo XVI como calle de la Enfermería, la cual se encontraba a extramuros del pueblo que terminaba como tal en el Portichuelo (zona aproximada del Poyato de San Jacinto). En este lugar se instalaron en 1583 una serie de tenderetes, pabellones y lazaretos destinados a curar a los enfermos tocados por la peste bubónica, no siendo la misma muy bondadosa con la villa montoreña, perdiendo un 20% aproximado de vecinos.
Para salvaguardar la salud pública, se vigilaba muy de cerca la entrada y salida de transeúntes. Para ello se cerraban las puertas de la muralla, y se declaraba estado de cuarentena, no pudiendo entrar nadie en la zona urbana en cuarenta días.
Sabemos que incluso San Francisco Solano fue contagiado de peste y estuvo al borde de la muerte, salvando su vida pero no la de su amigo Buenaventura, ambos procedentes del convento situado en Adamuz llamado de San Francisco del Monte.
A modo de pinceladas de curiosidad histórica diremos que se conserva un cuaderno donde se anotaron los guardas encargados de la vigilancia de la localidad durante la epidemia de Peste negra en 1682, colocándose en los puntos de vigilancia en el Vadillo del Barco de la C/ Marín, Molino de Camacho, Molino de Madueño, Silera, Calleja de la Cava, Aceñas de las Monjas, Puente, Peñasco de la Golondrina, Cañuelo, Herrerías, Santo Sebastián y Enfermería.
De la misma forma y avanzando en el tiempo, hemos de decir que en este lugar fueron requisados importante número de caballerías con motivo de la Guerra de la Independencia (1808), teniendo en cuenta que cerca se hallaba uno de los dos Corrales del Concejo.
En 1857 se abre expediente relativo a la contratación por subasta pública de las obras de embaldosado y reempiedro de la misma, teniendo mejoras a lo largo del siglo XX.