POR JOAQUÍN CARRILLO ESPINOSA, CRONISTA OFICIAL DE ULEA (MURCIA)
Estábamos a 18 de septiembre de 2016, cuando, de forma inesperada, nos dejaste. Atrás han quedado los 30 años que hemos compartido como médicos, en el Centro de Salud de Santomera.
Comenzamos nuestra andadura profesional en ese centro de salud de Santomera, consultorio ubicado en la calle Fernando Giner y, en el año 1988, nos trasladamos al recién construido Centro de Salud, ubicado en la calle de «La Gloria”, número 57.
Allí te responsabilizaste con la ingrata labor de «coordinador del Centro de Salud de Santomera», que compaginabas con la asistencia a tu cupo de enfermos; trabajos que realizaste con honestidad, entrega y gran profesionalidad.
Contigo compartí tareas asistenciales; así como formación de estudiantes de Medicina y la tutoría de Médicos Residentes. Varias promociones de Médicos pasaron por nuestras consultas y, como gran profesional, asumiste durante varios cursos la tarea de coordinador de Docencia del Centro de Salud de Santomera. Con tus dotes de docente, Tomás, fuiste un referente importante en el ámbito de la sanidad, en la Región de Murcia.
De hecho, desde que nos jubilamos, hemos participado en sesiones docentes hospitalarias. Concretamente, unos días antes de tu fallecimiento, estuvimos elaborando el programa de comunicaciones científicas, con el fin de presentarlas al coordinador de Docencia del Hospital Reina Sofía, de Murcia, con el fin de calendarizarlas para este curso 2016-2017. No fue posible, te marchaste de forma sorpresiva y silenciosa, a los dos días de nuestra reunión de trabajo.
Tu profesionalidad, ha calado hondo entre la clase médica murciana y, sobre todo en los qué, durante unos 35 años fueron tus enfermos y sus familiares.
Aunque me jubilé cinco años antes que tú, he departido, aún lo sigo haciendo, con todo el personal sanitario que sigue trabajando en el Centro de Salud qué, durante bastantes años, fue nuestro lugar de trabajo y, sobre todo, con aquellas personas que recibieron tus servicios, tanto a nivel profesional como humano. Sí Tomás; ¡Todos te echamos en falta! ¡Hasta siempre!