SE CONTÓ CON LA INTERVENCIÓN DE JUAN SEBASTIÁN LÓPEZ GARCÍA, CRONISTA OFICIAL DE GÁLDAR (CANARIAS)
El centro cultural Guaires acogió este sábado, el espectáculo “Agáldar Mundo Prehispánico” organizado por el Club de Leones de Gáldar, con el que se brindó un emotivo homenaje a Celso Martín de Guzmán, Hijo Predilecto de la ciudad e impulsor del parque arqueológico de la Cueva Pintada.
El espectáculo se centró en el primero de los once tiempos o ritmos en los que Celso Martín de Guzmán dividió su poema “Rapsodia para un Guanarteme cautivo”, concretamente al canto inicial que denominó Isla y al que se le ha dado tratamiento de obertura para las futuras restantes composiciones de esta Rapsodia, poema que enaltece a la dinastía de viejos semidanes, de harimaguadas y mujeres madre-tierra y, sobre todo, al pueblo “nacido en la noble cuna de las marcas de Agáldar”.
Las voces de las corales polifónicas de Gáldar y Aparejadores de Gran Canaria, el Ballet de Lucía González, el atrezzo de Johana Pérez y la orquesta que para tal evento se ha requerido, interpretaron la “Rapsodia para un Guanarteme cautivo”.
Además, se contó con las intervenciones de Juan Sebastián López García, cronista oficial de Gáldar; José Antonio García Álamo y Bélgica Martín de Guzmán, quienes desde distintas facetas, hablaron sobre su relación con Celso Martín de Guzmán.
Celso Martín de Guzmán escribió “Rapsodia para un Guanarteme cautivo” un año antes de la entrada en vigor del Estatuto de Autonomía de Canarias. El poema aparece firmado en Calatayud a 30 de mayo de 1981, año en el que se celebró el 500 aniversario de la firma del Pacto de Calatayud, entre los reinos de las Españas y el Reino de Canarias. El autor dice de su propia obra que ha sido concebida para ser danzada con música arcaica, para bailar como máxima expresión lúdica y por lo tanto de libertad, como un teorema de lo “seductor”, de la “captura psicológica”. Es, en el fondo, a pesar de sus elementos épicos y arcaizantes, un poema amoroso, como toda conquista que no se haga con las armas.
Hizo entrega al profesor Edmundo Domínguez del Río Sánchez de una copia del texto mecanografiado, con el fin de que le pusiera música y dejando que el compositor actuara con plena libertad, permitiéndole licencias estructurales sin límite alguno. Edmundo Domínguez cumplió este sábado la promesa que hizo, con el estreno de esta obra.
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