«ATRACTIVA, AMENA E INNOVADORA GUÍA DEL MAGNÍFICO TEMPLO»
Antonio Herrera Casado es un médico otorrino guadalajareño (ya jubilado) que lleva mucho tiempo dedicado al estudio y divulgación de todo lo que tiene que ver con el patrimonio de su provincia (de la que es cronista) y, en algunos casos, de Castilla-La Mancha. Desde hace más de 20 años, su editorial, Aache, viene publicando decenas (ya lleva varios centenares) de monografías sobre la inmensa mayoría de los pueblos de esta provincia hermana y en concreto sobre algunos de los monumentos más representativos de la misma.
Ahora, en la colección Tierra de Guadalajara, que alcanza con éste el número 101, nos ofrece una atractiva y amena guía sobre «La catedral de Sigüenza» en la que nos expone lo más importante de este magnífico templo, cuya construcción arrancó en 1152.
Dentro todavía del estilo románico comenzó a edificarse este tempo en el año citado y poco después, a partir de 1170, con un nuevo maestro de obras siguió haciéndose dentro ya de las pautas del estilo pro-gótico traído a España por los obispos franceses.
La catedral seguiría construyéndose en el siglo XIII y hasta el siguiente (el XIV) no concluiría el abovedamiento de su nave central, aunque después seguiría registrando notables transformaciones. Algunas de ellas mandadas hacer por el cardenal González de Mendoza (arzobispo de Toledo) y otras realizadas por el arquitecto toledano Alonso de Covarrubias, como la sacristía mayor o la capilla de los Zayas.
Durante la guerra civil, a finales de 1936 la catedral sufrió el bombardeo de los «militares sublevados» (es decir, los franquistas) y quedó muy seriamente dañada. Las obras de reconstrucción, dirigidas por el arquitecto segontino Librada Chércoles, se prolongaron durante una década (1937-1946).
También el maestro rejero Juan Francés, procedente de Toledo, realizó algunas de las rejas más importantes del templo, y el escultor Giraldo de Merlo construyó el retablo de la capilla mayor, como había hecho el de la catedral de Ciudad Real.
Hay que destacar en esta guía su sencillez expositiva, la abundancia de rigurosos datos históricos, tanto sobre los autores de las distintas obras como sobre los eclesiásticos que las ordenaron y la importancia acordada al acompañamiento gráfico, fotografías, esquemas, planos y dibujos que hacen mucho más inteligible su comprensión.
Son importantes también algunos despieces monográficos que añade Antonio Herrera Casado acerca de temas poco conocidos hasta ahora como la heráldica catedralicia, la actuación de Alonso de Covarrubias en la catedral, la presencia de alusiones a dioses paganos (Apolo en el coro) o héroes mitológicos (Hércules en el altar de santa Librada) más la presencia nutrida de sibilas, profetas y figuras de la Antigüedad clásica en la Sacristía de las Cabezas. Así como una visión sobre la famosa estatua funeraria del Doncel que se centra en su valor humanístico, y en la capilla que lo contiene, como suma de diversos elementos simbólicos a caballo entre la Edad Media y el Renacimiento.
Fuente: http://www.abc.es/ – Alfonso González-Calero