POR ANTONIO BOTÍAS SAUS, CRONISTA OFICIAL DE MURCIA
Por si no fuera bastante recorrer 100 kilómetros, que pronto se escribe, con 5.000 metros de desnivel, lo único que le faltó al abogado Raúl Noguera hace unos días fue encontrarse en la carrera a otra deportista desorientada y en plena noche. Y vino a hallarla cuando apenas le faltaban tres kilómetros para acabar la competición. Así que apenas tuvo unos segundos para reaccionar. Y eligió sacrificar tantas horas de entrenamientos y su posición por atender a aquella mujer. Sucedió en la pasada Ucam Ultra Falco Trail y, aunque ni siquiera pensaba en ganar la prueba, sí que ha recibido el aplauso de los organizadores y del resto de competidores.
-¿Cómo surgió su afición por el deporte y por correr?
-De la necesidad de encontrarme, lograr el equilibrio y buscar algo que me hiciera acercarme a mi paz interior.
-¿Y de hacerlo en la montaña?
-En esa búsqueda, empecé a correr por asfalto. Un día me crucé con un señor y ahora amigo, Francisco Luis Valdés Albistur-Hellín, quien me inició por los montes de nuestra Región.
-¿Por qué decidió correr precisamente esa carrera?
-La vida es movimiento e inquietud. La verdad es que 100 kilómetros eran todo un desafío.
-¿Considera justa la fama de dura que tiene la Ucam Ultra Falco Rail?
-Bueno… 100 kilómetros, 5.000 metros de desnivel positivo, frío, lluvia, viento, barro, caídas… para mí sí es justa.
-¿Pensó en algún momento en abandonar?
-¡Por supuesto! Sobre todo tras el kilómetro 88, cuando me quedé en la más pura soledad, con signos de hipotermia y sin ningún tipo de ayuda.
-¿Qué le llevó entonces a cruzar el arco de meta?
-La fuerza mental, el ímpetu por lograr un sueño y el poder dedicárselo a la persona que estuvo padeciendo durante 21 horas: mi mujer Rocío.
-¿Cómo aguanta el cuerpo esos 100 kilómetros?
-Al menos en mi experiencia, con mucha fuerza mental y psicología; no escuchando nunca a tus piernas y haciendo caso omiso al dolor que es pasajero.
-Entonces encontró a una corredora perdida, ¿qué le sucedía?
-Así es, en mi soledad, bajo la segunda noche de lluvia incesante, sin imaginármelo, hallé en el kilómetro 97 a una participante totalmente aturdida. Se encontraba sola, desorientada, con claros síntomas de hipotermia y en un estado de ansiedad y nerviosismo provocado por dicho escenario.
-¿Por qué decidió ayudarla y poner en juego su clasificación?
-Su situación me influyó mucho. Me olvidé de la prueba. Mi obligación era reanimarla, transmitirle sosiego y ponerla a salvo. El mejor regalo fue el abrazo que me dio antes de quedarse con el personal médico de carrera.
-¿Qué sintió al llegar a la meta?
-Que el esfuerzo, la constancia, la disciplina y la fuerza de voluntad pueden hacerte llorar de alegría.
-¿Cuál será el próximo reto? ¿Para qué se prepara?
-Muy acertada la palabra reto. Será la Transvulcania Ultramarathon, en La Palma (Islas Canarias), y La Sur les Traces des Ducs de Savoie, más conocida como TDS, prueba que transcurre por los senderos de Grande Randonnée del país del Mont-Blanc, de Beaufortain, de la Haute Tarentaise y de la Vallée d’Aoste.
-¿Cuántos kilómetros?
-Un total de 74 kilómetros, con 4.350 metros de desnivel positivo y 120 kilómetros con un desnivel positivo de 7.250 metros, respectivamente.
-¿Es necesario fomentar más este tipo de competiciones?
-Sí. Al menos, los valores sobre los que gravita, compañerismo, solidaridad, sacrificio. Este tipo de pruebas hacen despertar esos valores que tanto se añoran en una sociedad como la actual cada vez más desnaturalizada.
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