POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Ya nació el Nenín y ahora, sin agobios de parto inminente, José y María buscaban alojamiento digno para descansar y reponerse «del trance».
Después, sin prisa, ya retornarían a su casa de Nazaret.
Encontrar casa en Belén iba a ser difícil y había que recorrer caminos y calles para lograrlo.
Así nos lo cuenta el romancero:
«San José y Santa María / llevan juntos la jornada;
San José camina mucho, / la Virgen ya va cansada.
Sentáronse junto a un roble /que tiene seca la rama,
que ni le calaba el sol / ni el agua la calaba.
Llegaron más adelante , / vieron una casa blanca;
San José llamó a la puerta ,/ presto salió la criada,
y el ama le preguntó: / Moza, ¿quién es el que llama?
-Un hombre y una mujer / que quieren tomar posada,
y traen un niño en brazos /que ha nacido esta mañana.
-Diles que entren para adentro / y aquí tomarán posada.
A San José dieron migas / y a la señora, la cama,
y al niño unas naranjitas / para que se alimentara.
Levantárase la Virgen / a otro día de mañana;
Levántate aquí, José / a pagar esta posada.
Responde el Niño en los brazos:
“Esta tengo yo pagarla.
Para los amos de casa / tengo la gloria ganada;
para la criada tengo / la silla de oro guardada.»
Uno, que tiene querencia a lo extremeño, les hablaría largo y tendido sobre la exquisitez de unas sabrosísimas migas. Pero como asturiano y colungués, pues trataré de un mazapán muy singular; un mazapán de claras raíces asturianas.
Les cuento.
Yo tengo un gran amigo, MANOLO, que fuera maestro de obrador en la antigua Confitería Magovi, de Colunga. Establecimiento de vieja historia colunguesa, pues su fundación, a iniciativa de don Félix González, se remonta a los inicios del pasado siglo.
Manolo es un artista de la pastelería artesanal y en estas fechas, como obsequio a los amigos (que somos muchos porque le quiere todo el mundo), siempre nos sorprende con «algo singular».
Observen la foto que ilustra este comentario.
Es una «casita de Nacimiento» -esa casita-posada que buscaban José y María-hecha con mazapán de almendra, con mazapán de nuez y de avellana (puerta y ventana) y con mazapán de coco (el dintel de la puerta).
La techumbre, a modo de palloza, alterna piezas de almendra laminada, trozos de nuez y de avellana tostadas sobre un «impermeabilizado» de baño blanco.
Estoy seguro que las migas que cenaron José y María les hubieran sido más dulces, si cabe, en la «casina asturiana de MANOLO».
Gracias, muchas gracias. Y que este mazapán de Manolo sea presagio de días venturosos para todos.
NOTA.- La vela tan preciosa que complementa la foto es obra artesanal de mi cuñada María Teresa García Pato. Gracias de nuevo.