LA DISCUSIÓN SUBIÓ EL TONO MÁS ALLÁ DE LA CORTESÍA Y «CORDIALIDAD NAVIDEÑA» QUE HABÍA SOLICITADO AL INICIO LA MODERADORA, LA CRONISTA OFICIAL DE LA CIUDAD, CARMEN RUIZ-TILVE
El debate que echaban de menos muchos vecinos de Oviedo se produjo ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA. Un buen número de los que abarrotaron la sala, además de los que representaban a asociaciones criticaron que no hubieran tenido voz a la hora de decidir los nuevos nombres de varias calles y plazas de la ciudad, en cumplimiento de la ley de Memoria Histórica. Tanta necesidad sentían de confrontar ideas que, por momentos, la discusión subió el tono más allá de la cortesía y «cordialidad navideña» que había solicitado al inicio la moderadora, la cronista oficial de la ciudad, Carmen Ruiz-Tilve. No fue así. Se caldeó de tal manera la sala que incluso hubo abandonos. Ricardo Fernández, concejal del PSOE y autor de la demanda judicial que llevó a la retirada del medallón de Franco de la plaza de España, renunció a terminar su intervención, ante las continuas interrupciones que sufría desde varios puntos de la sala. «Si no me dejan hablar tendré que irme», lamentó en lo que fueron prácticamente sus últimas palabras. Antes, había intentado justificar la decisión de cambiar el nombre a la calle Calvo Sotelo, «convertido en un protomártir en un Pleno municipal de 1937».
Antes, en la mesa de ponentes, los representantes vecinales Emilio Peña, presidente de la Federación de Vecinos de Oviedo (Favo), y Ana Álvarez Balbín, portavoz de la plataforma del grupo de asociaciones independientes, coincidieron en lamentar la ausencia de los movimientos vecinales en la comisión que determinó el cambio de nombre de 21 calles y plazas de la ciudad. En la misma línea se expresó desde el público Javier Fernández, de la Federación General de Asociaciones de Asturias (Fegea). Entre el público estaban también representantes del resto de grupos municipales: Isabel González Bermejo (Somos), Cristina Pontón (IU), Elisa Fernández (PP) y Luis Zaragoza, (C’s).
Pronto llegó la polémica. Fue con la intervención del profesor José Girón, miembro de la primera comisión creada por Gabino de Lorenzo, quien denunció la «escasa pluralidad» de la actual comisión, «porque en aquélla había varias ideologías y en esta había dos rostros y lo demás, entelequias». Criticó, entre otros, el cambio de nombre de la calle Calvo Sotelo (ahora Federico García Lorca), «que fue un gran ministro de Economía e hizo la ley de Rentas y Ganancias». Manuel Fernández de la Cera, director de la Fundación José Barreiro, que participó en la comisión, respondió que la modificación se debe a que la calle se nombró en 1937, «como exaltación de un personaje del franquismo». Lo mismo ocurre, a juicio de Fernández de la Cera, con el cambio de denominación de la plaza de la Gesta, «una exaltación de la gesta franquista», que retomará su nombre original de plaza de los Fresnos.
Una de las intervenciones del público la protagonizó el concejal del PP Fernando Fernández-Ladreda, nieto de José María Fernández-Ladreda, alcalde de Oviedo entre 1924 y 1926 y ministro de Obras Públicas entre 1945 y 1951. «A mi abuelo le quitan una calle que le dieron en 1928 por su labor como alcalde, y no como ministro de Franco», señaló su nieto, quien también reclamó que se dé el mismo trato a «otros alcaldes del franquismo».
La intervención de Ladreda fue respondida por José Manuel Fernández. «Mientras unos se preocupan de que no les quiten las calles a sus abuelos otros queremos saber dónde están enterrados los nuestros».
Manuel Fernández de la Cera ofreció otro punto de vista: «Si los cambios se hubieran hecho hace cuarenta años, como pasó en otras ciudades, nadie protestaría ahora».
Fuente: http://www.lne.es/ – M. J. I