POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Una gripe traicionera me esclavizó con múltiples ataduras (fiebre, dolores musculares y óseos, dolores de cabeza…) y, entre ellas, la peor fue una faringitis brutal que me impidió durante cuatro días ingerir todo tipo de alimentos. Como decía un paisano, ya viejo, «tuvi en sin comer, en sin beber y a líquidos secos».
Siempre se comentó que «una gripe mal curada dura siete días y, si bien curada, una semana». Yo estoy en el «sexto día gripal» y, por lo menos, ya «trago caldos, yogures, natillas, zumos…».
Y parece que tengo humor y ganas para estar de nuevo con ustedes a través de este invento diabólico del Facebook.
Estos días, entre dolorido y malhumorado, leí por enésima vez este poema de Manolo Romero (Bestiario de los fogones. Medusa Ediciones. Madrid 2003) dedicado al PULPO que, por cierto, animó mi espíritu con un suave toque de alegre ironía:
«Acércate, cuerpazo, Rosalía,
que tengo ocho tentáculos
para dar testimonio de tus puntos
erógenos.
Fuera el cuchillo,
que esto no es un acoso laboral.
Aparta la cebolla, que se chiva,
y el ajo, que repite lo que sabe.
Deja el laurel y arrímate, tunanta.
Con el brazo del póker te recreo,
con el que falsifico te las toco,
con este, legionario, te magreo…
¡Muévete así!, que ya me tienes loco;
ven al fogón, que estoy de jubileo…
acerca la patata y ponme un poco
de pimentón picante… ¡ay, que mareo!
¡Acéitame, que chove miudiño,
y cómeme las carnes con xeitiño!»
Yo, ¿saben ustedes?, soy un admirador de los pulpos. Esos animales, los más inteligentes de los invertebrados, tímidos y desconfiados. que, a modo de interconexión, tienen un pequeño cerebro para cada tentáculo y uno general que los coordina a todos.
En Galicia tiene tradición de cocina festiva «el pulpo a feira» (O polbo a feira), ese que se prepara en días de fiestas solemnes y en jornadas de mercadillo popular.
Hoy, para varias un poco, lo guisaremos con arroz en paella.
Se cuece el pulpo, entero, en agua sin sal; se saca y corta en trozos al gusto.- Se dispone, asimismo, de unas gambas, de unos berberechos y de unas rabas de calamar.
En una paella se rehoga el arroz junto con unos dientes de ajo; se suma caldo de pescado y se procede a la cocción del arroz. A media cocción se añaden el pulpo, los berberechos, las gambas y las rabas de calamar. Se sazona con sal y colorea con azafrán. Termina la cocción, se cubre la paella con un paño, reposa 5 minutos y se ofrece en la misma paella.
NOTA
Hay quienes utilizan para la cocción del arroz el agua de cocción del pulpo. En este caso no se precisa azafrán pues el guiso ya adquiere un ligero color vinoso, muy agradable.