POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
A propósito del valiente discurso de Meryl Streep en los Globos de Oro, contra Donald Trump, compañeros suyos declaran: “Forma parte de la esencia de los actores decir lo que pensamos”. ¡Qué barbaridad! Precisamente los actores han de aprenderse el papel que interpretan, olvidarse de sí mismos, ceñirse al guión, meterse en la piel e identificarse con su personaje aún más allá de lo que propone el libreto; asumir como suya un alma que además puede ser perversa. Sólo faltaría que Meryl Streep, cuando interpretó a la monja Aloysius, en “La duda”, donde hizo la vida imposible al padre Flynn (Philip Seymour) mostrara su particular punto de vista, o el propio Seymour intercalara alguna declaración contra la pederastia. Decir lo que piensan jamás es la esencia de los actores, sería la esencia de las personas en tal caso, de los niños, hasta que aprenden a actuar.
Fuente: http://www.lne.es/