POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Tal día como hoy, en 1981, dimitió Adolfo Suárez, el primer presidente de esta democracia y aquella UCD; en esta fecha, en 1938, murió Armando Palacio Valdés, el de Entralgo y “La aldea perdida”, y hoy celebra la Iglesia a Constancio de Perugia. Constancio fue detenido durante las persecuciones de Antonino Pío, azotado y martirizado a la brasa sobre una parrilla, de donde salió con vida; encarcelado después varios meses, a pan y agua, fue puesto en libertad por sus guardias, a quienes había convertido; buscó refugio en una casa y fue arrestado de nuevo, torturado en mazmorras de Asís y de Spello y decapitado cerca de Foligno, pero su cabeza siguió predicando por esa boca en Perugia y en los Apeninos. Los tres inveterados, Adolfo, Armando y Constancio, vendían esperanza: Adolfo en la tierra, Constancio en el Cielo y Armando en el ensueño. Amén.
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