POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)

Un buen cocinero y pensador, Javier, de Cangas de Onís, al hilo del presunto fraude de UGT con las subvenciones del Principado y la sospecha de conductas irregulares de secretarios, directores, economistas del sindicato y otros administradores de empresas adjuntas, me decía, mientras en su cabaña degustábamos un buen pote, que con respecto a los indicios de conductas delictivas y antes de investigar desvíos de dineros, había que analizar el provecho, la eficacia de los cursos impartidos por UGT. Se preguntaba Javier: ¿Cuántos cursillistas, gracias a esas actividades formativas consiguieron trabajo o una mejora de sus contratos laborales? El análisis es sencillo y es el quid de la cuestión. Discutimos, pues, a cucharadas y buen vino, acerca de quién merece mayor repulsa, en el mejor de los casos, si los delincuentes rentables o los honrados incompetentes.

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