POR LUISA ARIAS GONZÁLEZ, SECRETARIA DE LA FUNDACÍON CONRADO BLANCO
Quiero darle también las gracias por el reconocimiento a Conrado. Le hizo mucha ilusión, además, en estas fechas de invierno que parecen ayudar a la caída del ánimo, supuso para él, una inyección de aliento.
La última entrevista que tiene en la radio, Onda Cero, fue precisamente en diciembre cuando usted le comunicó la noticia.
Sobre su ataúd estuvo colocada la medalla de la RAECO pues sabíamos el significado que tenía para el pertenecer a esa Asociación.
La Real Asociación de Cronistas era para él como una gran familia y a nosotras, a mi cuñada y a mi, frecuentemente nos contaba anécdotas con muchos de los cronistas.
La pérdida es irreparable aunque la Fundación continúe su labor. Intentaremos ser fieles a sus deseos, filosofía y objetivos para que su espíritu siga presente entre nosotros. La muerte total sólo llega cuando las personas se van y caen en el olvido, pero en el caso de Conrado, la familia y la Fundación lo tendrán presente siempre porque era un hombre bueno que vivió con un gran amor a sus padres, esposa y su tierra natal, a la que no dejó de beneficiar en todo momento; y seguirá haciéndolo a través de su Fundación.
Gracias por vuestras llamadas (que recibía frecuentemente y le reconfortaban) porque tenía también muchas horas en soledad después de la muerte de Charo.
A usted y a toda la familia de Cronistas os lo agradecerá desde el cielo.