POR ANTONIO BOTÍAS SAUS, CRONISTA OFICIAL DE MURCIA

La Guardia Civil, en colaboración con el Servicio de Patrimonio Histórico de la Comunidad Autónoma, ha cerrado con éxito las operaciones ‘Charpentier’ y ‘Terreros’. Ambas investigaciones han permitido recuperar unas 50.000 piezas arqueológicas en dos inmuebles de Torre Pacheco y Murcia, aunque, eso sí, con desigual valor.

Entre el material confiscado abundan los restos de cerámica y otros objetos cuyo precio aún está por determinar y apenas se han encontrado una decena de vasijas de distintos periodos. Pero también hallaron una talla histórica. Se trata de la imagen de un Niño Jesús sustraído en los años 70 de la parroquia Santa Eulalia, de Murcia. Tres personas han sido investigadas como presuntas autoras de delitos de receptación, aunque es posible que tuvieran las piezas de buena fe.

El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Benemérita inició las investigaciones el pasado mes de marzo cuando se hallaban tras la pista de la imagen del Niño Jesús. Las pesquisas practicadas condujeron a los investigadores hasta un anticuario de Murcia, donde fue localizada. Estaba expuesta para su venta.

La imagen es obra del escultor e imaginero Gregorio Molera Torá, nacido en Orihuela pero residente en Murcia desde que tenía un año. Molera realizó la talla en 1944, y no a finales del siglo XIX, como ayer informó la Guardia Civil por error. La pieza pertenecía a la parroquia de Santa Eulalia. Concretamente, acompañaba a un San José, patrón del gremio de carpinteros murcianos y quien tiene una ermita adosada al templo.

Este hallazgo permitió obtener una valiosa información que llevó a los investigadores hasta un domicilio de Torre Pacheco, donde un particular dedicado al coleccionismo durante décadas poseía un importante conjunto de origen arqueológico y paleontológico.

La Benemérita encontró en la vivienda grandes cantidades de fragmentos de recipientes de vidrio y miles de cerámica, en su mayoría pertenecientes a las culturas ibérica y romana, aunque también formaban parte de la colección algunos recipientes cerámicos completos pertenecientes al Bronce Final, figurillas de terracota, así como un ánfora denominada ‘lamboglia’, muy utilizada por los romanos en el transporte de vino por vía marítima.

Entre los fragmentos fueron hallados cientos de restos óseos de origen humano y animal, así como decenas de fósiles. Los objetos metálicos que integraban la colección eran, entre otros, numerosas fíbulas, alfileres y punzones, y la pieza más representativa es una punta de lanza romana muy bien conservada.

La investigación ha permitido averiguar que el propietario de los objetos, quien actualmente no reside en el domicilio debido la demencia que padece, había dejado la colección en manos de su heredero, hasta el momento en paradero desconocido. Este, supuestamente, habría vendido parte de las piezas: más de cien monedas ibéricas y romanas y algunos de los recipientes cerámicos. Las monedas han sido localizadas en un anticuario de Murcia, aunque apenas tienen valor.

Fuente: http://www.laverdad.es/