POR JOAQUÍN CARRILLO ESPINOSA, CRONISTA OFICIAL DE ULEA (MURCIA)
Como en casi toda España la higiene de los vecinos de mi pueblo, era muy precaria, durante toda la primera mitad del siglo XX. No les quiero narrar como era con anterioridad.
Nuestras madres, cuando éramos pequeños, nos metían en un barreño y nos echaban unos cazos de agua templada por la cabeza y, después, nos enjabonaban. Sí, sentados o de pie, como las efigies que nos han transmitido, del bautismo de Jesús, en el río Jordán.
Sin embargo, las personas mayores, al no caber en los barreños, se bañaban, y nos bañábamos en la acequia y los brazales; generalmente en calzoncillos o en cueros vivos.
A partir del año 1940, tenemos imágenes de bañistas locales, en la presa del Azud de Ulea, en el río Segura. Algunos, los más osados, se bañaban en el remanso de la presa del Golgo; a pesar de la peligrosidad del mismo al formarse remolinos de agua provocadas por corrientes en el interior del río.
En efecto, los que podían disfrutar del baño, lo hacían en el Azud y, para preservarse de los mirones, el vestuario era el espesor del cañaveral, de los juncos y los arbustos de baladre. Allí se quedaban en prendas, algunos ya usaban bañador, y se zambullían en las aguas cristalinas del Azud.
Era la costumbre y lo constatábamos quienes vivíamos en dicha época, que las a las mujeres no se les permitía bañarse con los hombres, si bien, alguna se escondía entre los arbustos y cañares, para ver a los jóvenes bañistas en calzoncillos o bañador. Travesuras de la adolescencia y juventud.
Dada la precariedad económica de la mayoría de los vecinos, en aquella época, pocas personas disponían de un bañador y, los que no lo teníamos, rehusábamos bajar al Azud a bañarnos; o lo hacíamos al atardecer o primeras horas de la noche.
Allí se daban cita los Valiente, los Miñano, los Abellán, los Molina, los Tomás, los Carrillo, los Cascales, los Salinas y muy pocos más; tal y como ilustra esta foto del evento, en el año 1945.
Sin lugar a dudas, el progreso había llegado al pueblo, para unos pocos: los más favorecidos, los de siempre.