POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Nicolotti, investigador de Turín, sostiene que no se sostiene la autenticidad del Santo Sudario, que dicho paño no cubrió ni de lejos el rostro de Cristo; otros sindonólogos dicen que el Sudario de Oviedo y la Sábana de Turín cubrieron un mismo rostro torturado, pero no el de Cristo, y otros aseguran que cubrieron un bajorrelieve pintado con tempera al colágeno, para simular la sangre de la flagelación, de la corona y del lanzazo de Longinos. Y sostiene Nicolotti que en el Medievo se fabricaron sábanas y sudarios asgaya y que nosotros consagramos parte de ese ajuar apócrifo. Sea como fuere, yo adoro las susodichas reliquias, su significado; creo en ellas y en Cristo aunque no hubieran existido las prendas ni Él fuera quien se dice; también creo en Don Quijote aunque no lo hubiera escrito Benengueli, porque amo el poder de la ficción y sostengo que toda historia es ficción.
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