POR FRANCISCO SALA ANIORTE, CRONISTA OFICIAL DE TORREVIEJA
En junio de 1933, destacó el levantamiento por el vecindario de una hoguera, así como la formación de una comisión encabezada por la nombrada familia Fortepiani. La hoguera se titulaba ‘Los tres vicios del hombre’ y fue plantada en el cruce de las calles Pedro Lorca y Apolo, adornándose las fachadas deterioradas con banderas, para que no quitaran resplandor a la fiesta, instalándose una tribuna para las autoridades y levantándose el monumento sobre una base triangular. En el centro se alzaba el demonio sobre el globo terráqueo y más abajo, circundándolo, tres alegorías a los ‘vicios de los hombres: el juego, escenificado con unos naipes; el alcoholismo, representado con varias botellas de vino y licores; y la prostitución, encarnada con una bella mujer recostada en el lecho.
En la celebración no faltó la representación de la hermosura de la mujer torrevejense, la belleza del fuego, elegida por los habitantes del barrio, título que recayó en la señorita Concepción Puig Sáez. Para aquella ocasión Antonio Villanueva Pamies escribió unas sentidas letras para que fueran leídas por la ‘Belleza del Fuego’ ante el numeroso público que acudió a aquella noche mágica a la hoguera: “Señoras y señores, la demostración sincera de un cordial afecto por parte de mis amigos, más que en merecimiento personal, me han obligado a ostentar en esta simpática fiesta el título de ‘Belleza del Fuego’. Por venir de vosotros lo acepté gustosa, y agradeciendo de todo corazón tan inmerecida deferencia quiero daros las gracias. Primero a vosotros (niños), los que me habéis elegido, y después a vosotros (público) que, con vuestra asistencia, habéis dado a la fiesta la merecida brillantez. Si esta sencilla fiesta, casi infantil, logra despertar en vosotros un poco de estímulo; si este humilde acontecimiento organizado a título de ensayo sirve de iniciativa para años sucesivos, tendremos la satisfacción de haber sido iniciadores de una fiesta que ya es tradicional en nuestra hermosa región levantina”.
Entre los actos festeros destacaron los pasacalles y verbenas ofrecidos por la banda de la Unión Musical Torrevejense, concertada por el ayuntamiento a través del alcalde Juan Samper Fortepiani y del concejal de fiestas José Espinosa Pérez. Se realizaron carreras de sacos, de chiquillos atados de pies, juegos con sartenes tiznadas y monedas pegadas, y otros entretenimientos encaminados a la diversión.
Y es que el fuego, como elemento tiene en la en la noche de San Juan, es un elemento purificador, liberador, de denuncia o de ruptura en una velada en la que se mezcla la confraternidad y el simbolismo. La fecha simboliza el refuerzo de nuestro compromiso con todos los ciudadanos, con los problemas y alegrías que marcan su día a día. En la hoguera se quema todo aquello que queramos dejar atrás y augurando los deseos que queremos que se cumplan.
La cuestión es quemar algo viejo -pueden ser fotos, ropa… en parte tradición, en parte venganza- es la opción de arrojar el pasado a las llamas. El objetivo es dejar atrás viejos hábitos o malos momentos para empezar una nueva etapa, cumpliendo el fuego con su función expiativa, reparando alguna falta o delito.
Fuente: Semanario VISTA ALEGRE. Torrevieja, 24 de junio de 2017