POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Me indigna que la gente que dice no ser católica, o lo es sólo por inmersión, utilice sucedáneos laicos para celebrar el santo, el bautismo, la confesión y la primera comunión, la boda, los aniversarios, la Semana Santa, la Navidad, el funeral y hasta tejen alfombras para el Corpus. Cuando fallece una personalidad también los políticos hacen declaraciones de fe laicas, es decir, esperanzadoras, en segunda persona, del tipo: “Si nos escuchas, allá donde estés…”. “Allá donde estés”, dicen incluso los ateos, los que no creen en el Cielo, los que no creen en la vida eterna; se dirigen al muerto que cría malvas, que es polvo, don nadie sin orejas: “Allá donde estés”. ¡Cuántas palabras ha desterrado la oratoria políticamente correcta, políticamente laica y necia! Eliminamos la palabra Cielo y quedan los espectros de nuestros difuntos vagando por el espacio sideral.
Fuente: http://www.lne.es/