POR ANTONIO BOTÍAS SAUS, CRONISTA OFICIAL DE MURCIA

Aparte de cronista oficial de Ceutí, ocupación que desarrolla desde hace años con entrega y éxitos en sus investigaciones, José Antonio Marín Mateos se ha convertido en un reputado experto en la antigua industria del pimentón murciana. Aunque aún existen firmas que impulsan y cuidan este espléndido producto, la producción anual apenas recuerda a aquellas remotas factorías que enriquecieron a la Región. Y por eso avisa el cronista de que urge impulsar el conocimiento de un oficio que dio nombre y fama a esta región, tan olvidadiza como siempre en lo tocante a mantener o ensalzar glorias pasadas.

-¿Por qué eligió usted este tema de investigación?

-Durante muchos años estoy colaborando con la revista ‘Cangilón’, una publicación que edita el Museo de la Huerta de Murcia. Hace unos meses se pensó editar un número dedicado enteramente al pimentón, al igual que se había hecho anteriormente con las fábricas de conservas vegetales en Murcia.

-¿Por qué se centró en Espinardo la producción del pimentón?

-A principios del siglo XIX, algunos espinarderos dedicaron sus esfuerzos al comercio con tenaz empeño. Y algunos de ellos, de pueblo en pueblo, con las alforjas en el hombro y la casta en el brazo, vendiendo sedas y libras de pimentón. Hasta que se convirtieron en viajantes de pimentón recorrían el mundo entero con sus muestrarios.

-¿En qué benefició a la Región esta industria?

-La industria y el comercio en torno al pimentón había de constituir una de las fuentes más valiosas, quizá la que más, de la vega murciana. Las marcas comercializadas llegaron casi a las trescientas. La producción y venta del producto acabaría dando nombre a los murcianos, conociéndonos como los pimentoneros.

-¿Quién pintaba aquellas cajas del pimentón?

-El envasado del pimiento molido se hacía en sacos y cajas de madera que se facturaban en los puertos más cercanos, aunque los pequeños pedidos se comercializaban en envases de hojalata litografiados con ilustraciones muy singulares diseñadas por jóvenes artistas de la tierra que, años después, alcanzarían fama mundial. Es el caso de Ramón Gaya, Pedro Flores, Luis Garay…

-Además de Espinardo, ¿dónde se producía también pimentón?

-Sin lugar a dudas, Espinardo fue el centro neurálgico del pimentón murciano, si bien la ciudad de Murcia y las pedanías no se quedaron atrás en cuanto a productores, comerciantes y exportadores. A esto tendríamos que unir un número considerable de municipios a lo largo y ancho de toda la Región. Es el caso de Alcantarilla, Alguazas, Alhama de Murcia, Archena, Beniel, Bullas, Cartagena, ceutí, Cieza, Las Torres de Cotillas, Lorca, Lorquí, Santomera y Torres Pacheco.

-¿Aparte del pimentón, qué otras industrias tradicionales perdimos para siempre en Murcia?

-Otra que casi hemos perdido han sido las fábricas de conservas vegetales. Tras la contienda civil, el número de empresas conserveras establecidas en las inmediaciones del río Segura, desde Cieza a Beniel, se multiplican, superando las 180 instalaciones entre industrias familiares pequeñas, grandes empresas y factorías. Desde 1976 hasta nuestros días, se ha producido una regresión, debido a la competencia, tanto en los mercados nacionales como internacionales, la modernización en las cadenas de producción, el aumento de salarios y de impuestos.

-¿Cuándo comenzó el declive de la industria?

-A partir de los años sesenta, debido a que muchos países se convirtieron en centros productores, abasteciéndose a sí mismos. Además de considerar al pimentón murciano como un artículo de lujo, siendo gravado enormemente en las aduanas por los aranceles, quedando a merced de la competencia internacional.

-¿Cree que los murcianos deberíamos ser un poco más cuidadosos con nuestro pasado?

-Creo que la mayoría de los murcianos conoce muy poco, por no decir casi nada, de nuestro pasado. Por ese motivo no se valora y, por tanto, no se cuida como se hace en otras regiones españolas. Es una asignatura pendiente que debemos transmitir a las generaciones futuras.

Fuente: http://www.laverdad.es/