POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Una semana sí y otrosí la siguiente me sorprendo apoyando una causa en las redes, la mayor parte de las veces una causa que me importa poco, o, lo que es peor, estoy en contra; pero quien promueve la plataforma reivindicativa ve mi nombre y mi careto, me arrastra a su listado y me etiqueta, y ahí me tienes, en una cuerda de rebeldes, en un lobby protestón, en un blobby, metido en una cadena viral, en una especie de conciencia borrega. Con lo reacio que soy a sumarme a la muchedumbre, yo que me manifiesto cada día de manera individualísima, suscribo de pronto la expulsión de España de la “Melilla ocupada”, me integro en el gremio de taxistas para protestar contra las redes de transporte alternativo, lidero un nuevo proyecto para la Fábrica de Gas o imploro un destino para la escultura de Fernando Alba. Pero mi signo es Géminis, y trabajo me cuesta cada mañana ponerme de acuerdo conmigo.
Fuente: http://www.lne.es/