POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Lastres (o Llastres, que es su nombre asturiano) está de fiesta. San Roque, San Roquín y hasta el perrín que lo acompañaba tendrán sus anuales días de devoción, alegría y folixa en este Puerto y Villa marineros.
Y con él otras parroquias colunguesas festejarán a Vírgenes, Santos y si es preciso a Ángeles, Arcángeles, Tronos y Dominaciones.
Y si las fiestas propiamente dichas de la villa llastrina esperarán el descanso de unos días, bien podemos decir que el pasado sábado, 12 de agosto, ya tuvieron su pregón de luz y color en los entusiastas y llamativos FUEGOS DEL AZOR.
Es sorprendente ver cómo la alegría de un pueblo y de las gentes que lo visitan confluyen en hermandad para contemplar ese símbolo, EL PANTALÁN, que antaño fue embarcadero de carbón y en esta noche de «lágrimas de San Lorenzo», soporte y cuna de una espectacular explosión de colorido, luz, y música.
Viendo ese abrazo de agua y de luz, de luna rojiza y estrellas, recordé emocionado los versos de Rafael Alberti.
«Si mi voz muriera en tierra
llevadla al nivel del mar y dejadla en la ribera.
Llevadla el nivel del mar
y nombradla capitana de un blanco bajel de guerra.
¡Oh, mi voz!
Condecorada con la insignia marinera:
Sobre el corazón un ancla,
y sobre el ancla una estrella,
y sobre la estrella el viento
y sobre el viento, la vela»
Y así, charlando y charlando en vivencias de marinería, ¡zas!, se hizo protagonista el guiso de PATATINES CON GOLONDRU.
Yo las preparo así:
Cuezo en agua con sal las patatas escachadas en trozos mediano-pequeños, sin que resulten muy caldosas. Ya casi finalizada la cocción las complemento con una salsa verde elaborada al gusto (aceite, un poco de cebolla, ajo y perejil; todo bien pochado); añado los trozos de golondru (previamente pasados vuelta y vuelta por la sartón), y hierve todo a fuego moderado hasta que las patatas y el pescado estén en su punto (bien cocido pero no deshecho).
Tras un reposo, y mientras los comensales esperan tomando un culín de sidra o un buen albariño (yo recomiendo el DA OCA, D-O. Rías Baixas)… ¡A COMER!