POR FRANCISCO PUCH, CRONISTA OFICIAL DE VALDESIMONTE (SEGOVIA)
Un año más hemos venido a pasar este riguroso mes de agosto a esta hermosa y acogedora ciudad de Águilas, con la fatal circunstancia de que mi muy querida esposa no ha podido acompañarnos, ya que el pasado día 7 de mayo, el día de la madre, dejó de pertenecer a este cruel mundo de los vivos para pasar a diluirse por los lejanos espacios siderales de lo eterno.
Los primeros diez días de esta nuestra nueva estancia en Águilas, han sido de unos calores extremos a los que esta bella villa de la Costa Cálida no nos tenía acostumbrados. Hoy afortunadamente se encuentran algo mitigados y podemos disfrutar de nuestras diarias actividades veraniegas, la matinal tertulia en La Glorieta, un ratito de playa, un chapuzón en la mar, el aperitivo, la lectura de la prensa, esas pequeñas cosas que cada año vienen a romper la monotonía de la estancia habitual en nuestros lugares de procedencia.
La tertulia de La Glorieta, en mi opinión se ha convertido en una especia de “cátedra” pues por ella desfilan cada día las mentes más cultivadas y preclaras de estos entornos de los veranos aguileños.
Como es obligado hay que echarle un vistazo a la prensa de la comarca, La Verdad de Murcia que, como tantos otros diarios de prensa escrita, no siempre dicen la verdad.
Hoy sin ir más lejos, he leído en primera página la noticia de que “la Universidad de Murcia se mete por vez primera entre las 800 mejores universidades del mundo”.
La noticia me ha dejado un poco perplejo, pues en mi ignorancia considero que si esta preclara Universidad murciana está considerada entre esas 800 del mundo, más valiera cerrarla, o cuando menos dotarle de los elementos públicos más aventajados en materia docente como para introducirla en puestos más destacados de ese “ranking” mundial.
Lo que nos lleva a la conclusión de que noticias como esa tal vez no merezcan ser destacadas. Mas si tenemos en cuenta que ninguna universidad española se encuentra entre las 238 primeras a nivel mundial, que solamente hay tres entre las trescientas primeras; 8 entre las 500, llegamos a la conclusión de que algo grave está ocurriendo en la Universidad española, ¿tal vez la permisividad con la que en algunas Comunidades Autónomas, se esté permitiendo el paso a estudios superiores sin haber aprobado lo elemental, en resumen, sin saber hacer la “O” con un canuto?
Los en otro tiempo, eminentes científicos españoles que brillaban a nivel mundial, ¿dónde están ahora? ¿Es esto lo que estamos consiguiendo con esa permisividad educativa?
Por este sendero de pretender hacerlo todo fácil para el pueblo, los políticos lo único que buscan es el voto fácil del analfabeto.
¿Cuántas consideraciones más podemos hacernos?