POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)

Sigo a Pablo Carreño desde que entró entre los 700 mejores de la ATP, también vi sus últimos partidos y me regocijan sus raquetazos en el Open de Nueva York, así como abomino de las declaraciones de McEnroe, acerca de los rivales que el asturiano fue dejando en la cuneta; el último, Diego Schwartzman, de 1,70 metros de altura; veremos qué dice Mac cuando Pablo derrote a Kevin Anderson, de 2,03. A lo que voy: urge buscarle a Carreño parentescos con Oviedo, y si Carreño significa “posesión de Carrenius”, sépase que Carrenius, era el dueño del monte Areo, en línea caliente con Oviedo desde el siglo I, a través de la calzada romana que pasa por Lucus Asturum y llega a La Corredoria, La Manjoya y Olloniego. ¿Cabe mayor vinculación? Estamos hablando de 20 siglos de peloteo, razón bastante para acercar a Pablo a nuestra red y nombrarlo hijo adoptivo de Oviedo.

Fuente: http://www.lne.es/