POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Pues allá voy con mis cuentinos, que la cosa tiene su gracia.
¡Cuántas veces habrán oído ustedes hablar de Cerdeña, esa isla mediterránea, hoy una de las veinte regiones de la República italiana, cuya capital es Cagliari!
Pero no siempre fue así.
Allá en los tiempos de los reyes de Aragón formó parte de ese reino, pasando después a España cuando la unificación de los Reyes Católicos (siglo XV). Y Cerdeña fue española hasta el siglo XVIII en que se incorporó a la Casa de Saboya durante el reinado de Víctor Amadeo II y ya, a partir de 1861, pasó a formar parte del Reino (hoy República) de Italia.
.- ¡Oiga!.- Pero… ¿no íbamos a hablar de parrochines?
.- ¡Pues claro que sí!.- Verán ustedes:
Cerdeña, en nombre sardo, es Sardinnia; nombre que deriva del latino SARDINIA , indicando un doble significado : el de la isla y el de ciertos peces que abundaban en sus costa y que , conservados en salazón, los romanos tenían en gran estima.
Bueno, bueno… ¿Pues saben una cosa?
Resulta que dentro de esos peces están las SARDINAS, y, ¡qué maravilla!, todos reconocen que la subespecie cantábrica es más sabrosa que la subespecie mediterránea.
A la sardina pequeña los asturianos la llamamos parrochina, y está pero quemuy rica, rica…
Yo, para hoy, la voy a preparar en «cachopinos».
Sin cabeza, evisceras y limpias, eliminé la espina central de les parrochines, quedando en espaldera. Sobre cada una extendí una capina de queso de untar y una finísima lonchina de jamón; cubrí con otra parrocha; rebocé en harina y huevo y freí en aceite bien caliente.
Acompañaré con ensalada de tomate natural en rodajitas finas.