POR ANTONIO BOTÍAS SAUS, CRONISTA OFICIAL DE MURCIA
Definir a Santiago Delgado resulta fácil, pues basta con elegir entre alguna de las ocupaciones -que todas las realiza con la misma pasión- a las que dedica sus horas. Porque Santiago es poeta, ensayista, de la Real de Alfonso X, estudioso de las tradiciones murcianas, columnista en la prensa y presidente de la Asociación de Amigos del Museo de Bellas Artes, entre otras cosas. Ahora tiene entre manos una biografía del conde de Floridablanca. Y presentó no hace mucho otra, novelada, de Francisco Salzillo, de quien dice que, aparte de «hombre bueno, trabajador, religioso y muy artista», era un excelente administrador. Delgado también administra su tiempo de tal forma que sus seguidores, quienes se cuentan por miles, siempre tienen a mano, para echarse a la mente, alguna de sus creaciones.
-¿Cuándo supo usted que había nacido para escribir?
-Más o menos, a los 16 años, con un poema sobre la sequía. Luego quise ser yo el que escribía lo que otros leían y gustaban. García Lorca, Hernández y Carpentier fueron mis maestros. El último, definitivo.
-Poeta, ensayista, de la Real de Alfonso X, estudioso de las tradiciones murcianas, columnista en la prensa regional y presidente de la Asociación de Amigos y Protectores del Museo Regional de Bellas Artes, ¿en qué responsabilidad se encuentra más a gusto?
-Pues en la que en que cada momento estoy. Nunca echo de menos a las otras. Aunque a veces eche de más a alguna. Soy absolutamente prescindible en todas.
-En su última obra, ‘Me llamo Francisco Salzillo’, novela la vida del popular escultor. ¿Qué le ha llamado la atención de este personaje que no supiera?
-Comprobar que era, en efecto, lo que la gente pensaba de él. En su época y ahora. Un hombre bueno, trabajador, religioso y muy artista. ¡Ah!, y era un administrador económico excelente, tanto del taller, como de su propia casa. Negociaba inmuebles y morerales.
-¿Cree que Murcia ha sabido ‘vender’ bien el legado de Salzillo?
-Me temo que no mucho, o en todo caso es mejorable, fuera de la Región. Aunque, en ese ámbito de lo territorial nos encontramos con mucho desapego hacia lo murciano. Injusto desapego, consecuencia de la ignorancia, prejuiciosa, de ese territorio extrarregional.
-Usted atesora diversos premios por sus obras, ¿con cuál se sintió más satisfecho?
-Con el primero que recibí: por el cuento ‘El Puerto’, sobre la salida desde el puerto de Cartagena de diversos expatriados españoles. Fue Premio Nacional Ministerio de Educación, en el 81. Parece que Cartagena sea puerto de salida de las Españas. El último que me he enterado que salió por aquí fue Esquilache. Y en Cartagena escribió sus penas de no ser querido -injustamente- por el pueblo. El Premio de Caravaca también lo aprecié mucho. De todas maneras, se pueden contar con los dedos de una mano. O casi.
-¿Qué proyectos lleva entre manos en estos momentos?
-Novela sobre Floridablanca. Igual sale, igual no. Y mi blog cultural oficiodescribir.blogspot.com.es
-¿Cómo valora el panorama cultural murciano?
-Prefiero decir panorama cultural en la Región de Murcia. La cultura o es universal, o no es. En todo caso, la cultura que se hace en este antiguo Reino debería tener más predicamento, dentro y fuera de la Región. Pero los primeros que no la valoran en lo que vale son los propios habitantes de la Región. Adoran lo que viene de fuera. Ignoran mucho de lo de dentro. Y, por tanto, no lo pueden valorar.
Fuente: http://www.laverdad.es/