LA ESCULTURA EN HOMENAJE AL PROFESOR Y ESCRITOR SE COLOCARÁ A LO LARGO DE ESTE MES. EL OFICIO DEL HOMBRE QUE RESPIRA, QUE LO RECIBIÓ DE MANOS DE LA CONCEJALA DE CULTURA, PATRIMONIO Y TURISMO, MARGARITA TORRES.
En 2015 se restauró por completo la casa en la que vivió el sacerdote Antonio González de Lama, ilustre profesor, escritor y activo agente cultural de la ciudad durante las décadas de los cuarenta, cincuenta y sesenta, y ahora, dos años después, se colocará ante su fachada una escultura para recordar la figura de este erudito nacido en Valderas en 1905 y fallecido en 1969.
Según confirmó la asociación cultural que lleva el nombre del autor, el Ayuntamiento de León ya ha autorizado la instalación de esta escultura pedestal de bronce y hierro, obra del artista Juan Carlos Uriarte y del herrero Isidro Ferrero Fernández, que será instalada a lo largo de este mes de diciembre.
«Antonio González de Lama fue un hombre muy importante en la ciudad —recordaron desde el citado colectivo—, pues además de servir como sacerdote, fue profesor en varios colegios, como el Leonés, y también en el Seminario. También ejerció como director del Diario de León así como bibliotecario de la Fundación Sierra-Pambley, y fue fundador de la emblemática revista de poesía y crítica Espadaña. Por todo su trabajo y labor, en la ciudad de León se le ha rendido homenajea, entre otras cosas, con un colegio y una calle».
«Su antigua casa en la plazuela de Puerta Obispo, justo detrás de la Catedral, aún sigue en pie, siendo actualmente la casa popular mas antigua de la ciudad. La placa de su casa fue retirada hace varios años por el inicio de una restauración después de permanecer allí instalada desde el año 1994 por el Ayuntamiento de León», prosiguieron desde la asociación.
Y precisamente la semana pasada se entregó el veterano premio de poesía que lleva el nombre del sacerdote y periodista, concretamente al manchego Francisco Caro por su obra El oficio del hombre que respira, que lo recibió de manos de la concejala de Cultura, Patrimonio y Turismo, Margarita Torres.
La casa en la que vivió Antonio González de Lama forma parte de uno de los rincones más valiosos de la ciudad en cuanto a arquitectura tradicional se refiere, con una serie de viviendas de factura popular de gran interés, «las únicas que conservan una estructura del siglo XVII o incluso anterior», como indicaba el comunicado de la asociación cultural. Sin embargo, el lugar adolece de cierto descuido, con un solar vacío que aún no se ha construido y ausencia total de información para el turista y el ciudadano.