POR ÄNGEL DEL RÏO; CRONISTA OFICIAL DE GETAFE Y MADRID
El Gobierno regional va a pedir al Ministerio del Interior que limite el número de manifestaciones y actos similares que se autorizan en la Puerta del Sol, lugar en el que tiene su sede el propio Gobierno de la Comunidad, que de forma casi permanente tiene que esta custodiado por varias tanquetas de la Policía Nacional, por si alguna de las manifestaciones o protestas enfilan su ira hacia la Real Casa de Correos. Se trata de una petición justa, razonable y necesaria para que el corazón de Madrid no sufra espasmos diarios.
La Puerta del Sol es el kilómetro cero de casi todo, punto de partida del sistema neurálgico de las comunicaciones terrestres, centro geográfico de España, lugar de cita para encontrarse, escenario de acontecimientos lúdicos y también luctuosos.
Por la Puerta del Sol pasa todo. Así ha sido históricamente y continúa siendo. En este punto se han dado cita acontecimientos relevantes y hechos populares notorios. Aquí perdieron la vida decenas de madrileños en el levantamiento contra las tropas de Napoleón, tras la carga de los mamelucos.
En este espacio se produjo el Motín de Esquilache, la proclamación de la II República, el Motín del Supositorio, la acampada del 15-M y fue destino final de todas las manifestaciones que se celebraban en Madrid tras nacer la democracia.
La Puerta del Sol es permanentemente el núcleo central de la reivindicación propia y ajena, hasta el punto de que se contabilizan al año más de un millar de actos reivindicativos, con duelos y quebrantos para los vecinos de la zona, y especialmente para los comerciantes, principales sufridores del acoso diario a que se somete este enclave.