POR HERMINIO RAMOS, CRONISTA OFICIAL DE ZAMORA
El alcalde de Almaraz ha hecho la primera llamada de atención sobre ese problema que se plantea cada día en los términos municipales semiabandonados respecto al aprovechamiento de los pastos, cuyo número de hectáreas se cuenta por miles al norte y oeste de nuestra provincia. Es cierto que el mundo ganadero se ha instalado definitivamente en el sistema o régimen intensivo, lo cual es completamente lógico, pero esto no implica que hayan de abandonarse miles y miles de hectáreas que solo esperan la llegada del cerillero de turno o convertirse en futuro criadero de lobos. Hay que ver a lo que hemos llegado. Ahora solo falta que aparezca la zorra, que sin duda lo tendrán más difícil porque ya no hay gallineros y los corrales donde desarrollaban sus actividades las gallinas están vacíos. Ahora las zorras se han aclimatado a otros ambientes.
Junto a este hecho que con tanto acierto plantea nuestro alcalde hemos de seguir añadiendo nuevos datos respecto al abandono del mundo rural como es la limpieza de montes. Centenares de miles de encinas están por ahí sin que nadie las mire y cuide con la atención debida, desde el momento que su leña ya no se utiliza en el hogar. Ni en el horno existe ya el carbón de encina, ni el cisco, ya no se desmocha ni se olivan, ni se entresacan, ni se cuidan para que su estructura de crecimiento vaya formando la gigantesca cabeza que dará cientos y cientos de kilos de bellotas. Ayer y hoy, en lugares de tradición y solera, nos ofrecen ese ibérico orgullo de la raza y auténtica joya de la gastronomía universal. Esas bellotas han entrado de manera definitiva y con gran fuerza en la gastronomía, lo que debe constituir un aviso en este medio dormido ambiente lugareño.
Las encinas necesitan una atención y limpieza. Esas miles de toneladas de leña tienen aplicaciones y aprovechamientos que darían unos materiales aprovechables. La variedad de nuestra geografía en las dos zonas citadas, norte y oeste es de una riqueza paisajística poco común. Junto a esas posibilidades llamémoslas turísticas hay todo un conjunto de valores que constituyen una economía con una explotación adecuada.