POR DOMINGO QUIJADA GONZALEZ, CRONISTA OFICIAL DE NAVALMORA DE LA MATA (CÁCERES)
La festividad del Ángel en ese pueblo tan peculiar está asociada a la Guerra de Independencia de 1808, pues al final de la misma es cuando surge esa historia y tradición tan representativa de dicho municipio.
Como suele suceder en estos casos, si queremos aproximarnos a la realidad, el tema es complicado y delicado ya que se transmite oralmente y el pueblo acostumbra a mezclar las leyendas con los hechos ciertos; por lo que no están exentos del fervor religioso, exageraciones o tergiversaciones. Pero, en el fondo, siempre hay un suceso histórico real, que debemos conocer e intentaré aclarar. Veamos:
Durante el conflicto bélico mencionado contra las tropas de Napoleón Bonaparte, es evidente que el abandono de cadáveres en el campo da lugar a enfermedades contagiosas como la peste: en 1809 fallecen 251 en Navalmoral, 167 en Peraleda y 38 en Belvís (por citar tres ejemplos ciertos que conocemos).
Según un escrito del párroco valdehuncaro de aquella época, Francisco Javier Merchán (que también lo fue a finales del siglo XVIII), «Entre 1809 y 1814 hubo una terrible peste en el lugar, causando tal mortantad que, no habiendo sitio en el antiguo cementerio, se hizo otro nuevo e, incluso, hubo que enterrarlos también alrededor de la iglesia y en otros lugares vecinos como Millanes, arruinando el pueblo».
Hasta aquí, todo nos parece lógico y realmente histórico: en 1791 tenía Valdehúncar 72 vecinos, en 1813 contaba con 74 y en 1818 estaban censados 41. La pérdida de población es evidente: unas 150 personas, pues cada vecino equivalía a unos 5 habitantes).
Nos dice la tradición que, ante tanta calamidad, el 1 de marzo de 1814 sacan en procesión al santo Cristo del Perdón (patrón de la localidad); y, «cuando pasaban ante el pozo de la Oliva, salió de una de las casas un enfermo envuelto en una sábana, que se postró ante la imagen y sanó; continuando el séquito por todo el pueblo y cesando la peste.
Después, reunieron en la plaza los enseres de los muertos y los quemaron»: lo que se imita en la «Velá» que se celebra la víspera por la noche, como símbolo de purificación (aunque esto también es típico de las sociedades pastoriles, y el origen de Valdehúncar está conexionado con la actividad ganadera, dados sus buenos pastos, si llueve…).
Desde entonces repetirían cada año el recorrido procesional en la citada fecha del 1 de marzo. Pero otro calamitoso hecho histórico daría origen a la celebración del «Ángel», tal y como se le conoce desde entonces. Vuelvo a explicarme:
En la última semana de abril de 1936, tras ser tomada Navalmoral y sus campos por las tropas franquistas, Valdehúncar vuelve a ser recuperada por los republicanos en el transcurso de una ofensiva que llevan a cabo:
Y, en esos días tan confusos y peligrosos, las anticristianas milicias izquierdistas destrozan al Cristo del Perdón, al igual que hicieron en otros muchos lugares (sólo se conservan en la iglesia de María Magdalena unos pequeños restos).
¿Cómo surge la festividad del “Ángel”
Pero he aquí que, tras el sacrilegio señalado, una señora del pueblo adquiere la imagen de un ángel (criatura divina reconocida suficientemente por los católicos como guardianes por excelencia), para que protegiera al municipio y sus vecinos como otrora hizo su venerado patrón. Y deciden sacarlo cada año en procesión el primero de marzo, recordando el milagro narrado e imploración lea mencionado amparo. Así surgió la festividad del “Ángel”
Luego le añadieron una serie de complementos y ritos: como los “piropos” florales, el tamborilero, la “velá”, etc.
Y, aunque la conmemoración religiosa es hoy, día 1 de marzo, en los últimos años han trasladado los actos festivos principales al primer domingo de este mes, para que puedan estar presentes los numerosos emigrantes del lugar. (y gente de los pueblos vecinos que acuden en masa, caso de los moralos y peraleos).