POR ANTONIO VERDÚ FERNÁNDEZ, CRONISTA OFICIAL DE LA CIUDAD DE JUMILLA (MURCIA)
Recordando la presencia del dominico San Vicente Ferrer por tierras del antiguo Reino de Murcia en el mes de abril del año 1411 durante su periplo por tierras de Castilla invitado por el rey Juan II, fr. Vicente Ferrer recala en Jumilla los días 18, 19 y 20 de abril de 1411 (sábado, domingo y lunes, respectivamente).
Llega de la vecina villa de Cieza en la que predicó los días 16 y 17. Venían con él muchas personas devotas de diferente condición, humildemente vestidas, precedidas de un hombre que llevaba un gran crucifijo de madera, siendo de notar la gran austeridad de costumbres que observan, yendo los hombres separados de las mujeres.
¡Qué magnífico espectáculo debieron contemplar los ansiosos jumillanos desde su privilegiada atalaya de la fortaleza y castillo!, cuando en la lejanía de la Cañada del Judío vieran lentamente avanzar al maestro Vicente cabalgando en su pequeño borrico, precedido de una muchedumbre de personas de su Compañía, cruzando la fértil huerta por el polvoriento camino de Granada, hasta llegar a las estribaciones del cerro amurallado, y ascender procesionalmente el serpenteante y encrespado camino de acceso a la fortaleza y villa, penetrando por la puerta abierta en la muralla, en la que estaban esperando, clero, regidores y la mayor parte de habitantes para darle la bienvenida, entre alegres vítores y aclamaciones de sus moradores ante el esperado y magno evento que les aguardaba, debido a la gran fama que le precedía y acompañarle a la iglesia de Santiago, ¡Qué espléndido recibimiento debió otorgarse a fray Vicente y su Compañía!
El mismo día de su entrada en la Alcazaba, donde se encuentra castillo, villa e iglesia, y por ser ésta muy pequeña para albergar a la esperada muchedumbre, se ha preparado para el evento, un estrado alto o púlpito junto a la pared sur del castillo, cercano a la Torre del Maestre, dando vista a la explanada existente delante de la iglesia, para poder predicar al aire libre, y junto a dicho púlpito, un tablado con el altar adornado con paños, para que fácilmente el santo misionero fuese visto y oído de la multitud.
La villa, estaba formada por calles cortas y estrechas, con pocas edificaciones, y escasos vecinos (en 1457, 144 vecinos), aproximadamente entre 400-500 habitantes en 1411. Los oyentes del Maestro Vicente, se multiplicarían por dos o por tres.
Por sus calles se realizaron las tres primeras procesiones de Semana Santa efectuadas por el sequito del santo y de todos los vecinos y venidos de otros lugares, deseosos de escuchar la palabra, y tras la cual salían en procesión, por esas estrechas calles, con la cruz y los acólitos abriendo el cortejo, los asistentes, los discípulos, los que recibían golpes en su espalda, por sus pecados; una imagen de Santa María de Gracia, y cerrando el cortejo San Vicente y autoridades, rezando las preces que el santo iba diciendo y que servía para participar de forma activa en la procesión. Los tres días hicieron su procesión por el monte.
Esa tradición se siguió celebrando todos los años en ese lugar, y cuando la población de la Fortaleza se bajo al llano, donde actualmente se encuentra, siguieron celebrando la venida de San Vicente y sus procesiones, lo que avala decir que nuestra Semana Santa fue fundada por San Vicente Ferrer en el año 1411.
Tengo un facsímil y traducción del “Sermonario de San Vicente Ferrer, del Real Colegio-Seminario del Corpus Christi de Valencia”, y en éste puedo seguir la ruta seguida durante su paso por el reino de Murcia, figurando enteramente todos los pregones pronunciados en cada una de las Villas visitadas -digo todos en su totalidad-, así como los días que estuvo por aquí, que hay que resaltar que tuvimos la suerte de que le pillo toda la celebración de la Semana Santa de aquel lejano 1411 en su paso por tierras murcianas, lo que nos hace poder destacar la antigüedad de todas las Semana Santa del Reino de Murcia, ya que después de la misa y el correspondiente sermón era costumbre el hacer una procesión –que ya he recogido antes-, entre todos los asistentes, donde figuraban estandartes, filas de fieles y seguidores del santo, imagen y cerraba San Vicente con sus rezos, lo que podemos reflejar como las primeras procesiones que dieron origen a tan importante fiesta.
Si se están preguntando en que Villas y Ciudad estuvo -mirando el gran tomo-, veo, que empieza en la Villa de Lorca donde estuvo 11 días, sábado 28 marzo al 7 de abril 1411, y figuran los 11 sermones que pronunció con todo detalle de los mismos. El primero lo podemos ver en la página 73 que dice “En la Villa de Lorca, sábado de Cuaresma”. El tema fue: “Dichosos los que oyen la palabra de Dios” (Lucas 11).
El segundo fue en Librilla, miércoles 8 de abril de 1411, que solo estuvo un día y dio dos sermones, y que si vemos la página 118 pone “En el lugar de Librilla” y los temas que expuso fueron: “Uno solo es vuestro Padre, el que está en los cielos” y “Vosotros subid a la fiesta” (Mate,23)
El tercero es Murcia, ya que es donde únicamente pone la palabra Ciudad, y si vemos su página 125 vemos: “En la misma Ciudad, en la cena del Jueves” 9 de abril de 1411 Jueves Santo que lo celebra en Murcia. El primer sermón que explica, versa sobre: “Haced esto en conmemoración mía” (I Corintios, 11) y el mismo día dio otro sermón con el tema: “Según la ley debe morir” (Juan, 19). En Murcia dio seis sermones, y destaco el celebrado el Domingo de Resurrección, en su página 136 con el tema: “Resucitó, no está aquí” (Marcos, 16).
La cuarta localidad fue Molina (miércoles 15 de abril 1411), donde llegó el miércoles y estuvo un día, y en su página 147 dice: ”En el lugar de Molina, miércoles” con el tema: “Se manifestó Jesús a sus discípulos” (Juan, 20).
La quinta fue Cieza, la cual visitó los días, jueves 16 y viernes 17 de abril de 1411, durante los cuales pronuncio dos sermones, con los temas “María Magdalena fue a anunciar a los discípulos” (Juan, 20); y “Se me ha dado todo poder en el cielo y en la tierra” (Mateo, último).
La sexta fue Jumilla, que estuvo los días, sábado 18, domingo 19, y lunes 20 de abril de 1411, que ya conocemos en su totalidad los tres sermones que ofreció en la Fortaleza y patio de Armas del Castillo.
Pág 160 (sermón nº 37).- “En el lugar de JUMILLA”, (sábado 18 abril 1411) Tema: Vio el monumento y creyó (Juan, 20)
Pág 165 (sermón nº 38).- “En el mismo lugar”, domingo de octava de Pascua.
(Domingo 19 de abril 1411) Tema: Tiende tu mano y métela en mi costado (Juan, 20).
Pág 169 sermón nº 39).- “En el mismo lugar, lunes después de octava de Pascua
(Lunes 20 abril 1411). Tema: La paz sea con vosotros (Juan, 20)
La séptima localidad fue Hellín, que como sabemos pertenecía al Reino de Murcia, donde estuvo desde el martes 21, miércoles 22, y jueves 23 de abril de 1411 durante los cuales pronunció cuatro sermones, haciendo dos en el día 22.
El primero tuvo por lema, basándose como en todos en el evangelio del día: “Después de ocho días, de nuevo vino Jesús” (Juan, 20); el segundo: “No seas incrédulo sino fiel” (Juan, 20); el tercero: “Se puso Jesús en medio de sus discípulos” (Juan, 20); y el cuarto: “Bienaventurado el varón que fue hallado sin mancha” (Eclesiastés, 31).
El octavo lugar fue Tobarra, que estuvo el viernes 24 de abril de 1411 donde dio el siguiente sermón, con el tema: “Muchas otras señales hizo Jesús” (Juan, 20).
La novena fue hasta Chinchilla, el sábado 25 de abril de 1411 hasta el 9 de mayo de 1411, donde pronunció 17 sermones.
Siguió hasta Albacete que estuvo durante los días, domingo 10 de mayo hasta el martes 12, donde pronunció tres sermones, con los lemas: “Él acusará al mundo de pecados” (Juan 16): “Bienaventurados los muertos que mueren por el señor“ (Apocalipsis, 19); y “La palabra puede salvar vuestras almas” (Santiago, 1)
Y termino en Villaverde, miércoles 13 de mayo, con el lema: “Cuando venga acusará al mundo de pecado”.