POR CLEMENTE PLAZA PLAZA. CRONISTA OFICIAL DE VILLANUEVA DE LOS INFANTES (CIUDAD REAL)
Entre los actos organizados por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento con motivo de la celebración del Día del Libro 2018, se desarrolló, en el Patio de la Alhóndiga, el espectáculo titulado «Como canta un poeta», coincidiendo con el 120 aniversario del nacimiento de Federico García Lorca.
Participó el escritor Ian Gibson que inició su intervención manifestando que era un placer volver a Villanueva de los Infantes, «que es una villa fantástica y en la que estuve hace dos años».
Seguidamente dijo:» ¡Claro, este pleito que hay entre Argamasilla y Villanueva en torno a cierta paternidad, a mí me fascina. Cervantes se ha salido con la suya, es un narrador poniendo en guerra a los pueblos de La Mancha por la paternidad de Don Quijote. Me parece fantástico, siendo uno de los misterios más asombrosos de la literatura universal.
Yo vengo de Dublín, y venir a La Mancha, a una ciudad literaria importante, me conmueve mucho. Acabo de aprender que García Lorca, a quien vamos a celebrar aquí esta noche, estuvo aquí. Tenía una obra La Barraca, un entremés de Cervantes que estuvieron montando. Acabo de recibir una fotocopia de la prensa local» – se refiere a Balcón de Infantes- «pero habrá que seguir investigando por qué no llegó a poner aquí La Barraca su obra.
Estamos aquí para celebrar a García Lorca como músico. Yo creo que Lorca fue uno de los españoles universales. Lo mataron cuando tenía 38 años. Todo lo que hizo en poesía, música, teatro, director de escena, lo hizo en veinte años.
Me parece algo extraordinario; no eran talentos, eran dones lo que tenía: el don de la música, el don del teatro, el don de gentes, don de la simpatía…, dibujaba increíblemente. Yo lo comparo con Alberti, pero sus dibujos no tienen el escalofrío de los de Lorca; Lorca estuvo rodeado de muerte, como dijo Aleixandre, es un hombre capaz de toda la alegría del mundo, pero la angustia la llevaría en su sangre, una angustia milenaria.
El nació en el corazón de la Vega de Granada, en Fuentevaqueros; pasó sus primeros once años en el seno de una familia extraordinaria. Eran conocidos en toda la comarca como gente especial, cada uno tocaba algo. Su tío Luis era pianista sin haber aprendido una nota. Iba a Granada a escuchar una zarzuela, volvía a Fuentevaqueros por la noche y se sentaba al piano a reproducir lo que había oído en Granada.
Por lo visto, Manuel de Falla, que era amigo de la familia dijo: si yo pudiera hacer lo que hace el tío Luis de Federico, sería compositor. Eran así, tenían algo especial en la sangre. Lorca nació allí, en una familia grande de terratenientes: los padres y ocho hermanos y hermanas. Decían de Lorca: a los cuatrocientos primos de Federico los van a fusilar, por ser de Fuentevaqueros y tener mala follá. Él nació en el seno de una familia extraordinaria y heredó en la sangre toda la poesía andaluza, la tradición musical, y muchas coplas, canciones de corro de los niños.
Hemos pensado que sería hermoso empezar esta noche con una canción de corro, que cantaba el pueblo de Fuentevaqueros, dedicado a la heroína Mariana Pineda, que es un personaje famosísimo en Granada, donde buscó y encontró otras canciones populares, como la de «Los cuatro muleros», villancicos paganos que se cantaban en los inviernos, o el romance pascual de «Los peregrinos».
Así, una a una, se fueron desgranando canciones en una tarde inolvidable por lo que tuvo de poesía, de música y de historia.