Los ayuntamientos de Mondoñedo, Lourenzá y Ribadeo se han sumado a la iniciativa ciudadana que rendirá homenaje este sábado al guerrillero Guillermo Luis Trigo, un dirigente socialista de A Mariña lucense que se echó al monte tras el golpe de 1936.
El apoyo institucional no llamaría la atención si no fuese por el consenso suscitado en los consistorios y, sobre todo, por el ascendiente de la alcaldesa del primero: Elena Candia es la actual presidenta provincial del PP en Lugo y llegó a estar al frente de la Deputación.
La regidora mindoniense se niega a hacer declaraciones al respecto y remite al acuerdo al que refrendó su partido en la junta de portavoces municipales del pasado 8 de junio, donde se recoge que el homenaje coincide con el septuagésimo aniversario de su “asesinato a manos de la dictadura franquista” y supone “un recuerdo a todas aquellas personas que de una manera u otra colaboraron en aquella época en la lucha antifranquista”.
Lo firma la representante del PP, Ángeles Rodríguez, quien considera que “es de justicia apoyarlo” y deja claro que en enero ya honraron a otros tres represaliados, liquidados en 1938 tras una denuncia anónima.
Sin embargo, el caso de Luis Trigo, apodado O Gardarríos, podría resultar más delicado. Aunque la historiografía, las fuentes orales y los documentos oficiales de la época difieren en algunos episodios de su vida, tras la Guerra Civil se le atribuyeron las ejecuciones de dos temidos falangistas, que afianzaron su aureola de héroe popular.
“Eso no influyó a la hora de tomar la decisión de apoyar la iniciativa, porque ese pasado no está confirmado. Anteponemos la persona a unos hechos no probados”, explica la portavoz conservadora, quien evidencia “el consenso que ha suscitado su figura en los tres municipios”.
En Mondoñedo, Trigo desempeñó su actividad política y fue el responsable de la Agrupación Socialista durante la Segunda República. Su heredera ideológica en el Concello, Esperanza González, no se muestra sorprendida por el respaldo del PP.
“Aquí nos conocemos todos y haber votado en contra no tendría mucho sentido, porque estamos homenajeando a una persona que se lo merece. Es más, su rechazo haría más ruido y les causaría más problemas”, cree la portavoz del PSOE, quien firmó el documento junto a su homólogo del BNG.
“En otros sitios, hay quien puede negarse por ignorancia o por presiones, pero aquí no sucede. Ángeles Rodríguez es una persona abierta y formada que incluso participa en este tipo de actos, que son lo verdaderamente importante, y no lo que haya votado el PP”.
En Ribadeo, cuna de Antonia Díaz, caída a los veinte años en la emboscada que una brigadilla le tendió a Trigo, todos los partidos se sumaron a la propuesta: el BNG, que gobierna con mayoría absoluta, así como el PP, el PSOE y Ciudadanos, que cuenta con un único edil en el salón de plenos.
En el acuerdo de la junta de portavoces —firmado por el alcalde, Fernando Suárez—, consta un “recuerdo especial” para su vecina, quien “entregó su vida a la lucha por la libertad”.
Antonia, compañera sentimental y de armas de O Gardarríos, nació en una familia humilde de campesinos que ejercía de enlace de la guerrilla y se echó al monte con apenas dieciocho años. Ambos homenajeados son definidos en el documento como “luchadores antifascistas”.
En el municipio donde fueron asesinados en 1948, gobernado por el PSOE y con la única oposición del PP, también se aprobó por unanimidad. El texto del Concello de Lourenzá, calcado al de Mondoñedo, invita a los vecinos y vecinas a sumarse a los actos, “abiertos a todo el mundo” al margen de las siglas políticas, subraya Ángeles Rodríguez.
El cementerio de Vilanova de Lourenzá, donde reposan los restos de la pareja, acogerá por la tarde la inauguración de un monolito en su honor. Allí hablarán el guerrillero berciano Francisco Martínez, Quico; la nieta de O Gardarríos, Fernanda Cedrón, y el portavoz de la comisión organizadora, Xosé Luís Fernández, quien ha valorado el acuerdo político que ha generado la celebración.
Horas antes, a mediodía, el auditorio municipal de Mondoñedo albergará la mesa redonda Luís Trigo, a loita dun rebelde, en la que participarán el propio Quico y los investigadores Bernardo Máiz, Odette Martínez, Xosé Ramón Ermida y el cronista oficial e historiador Carlos Nuevo Cal.
“Lo ideal sería que este tipo de actos se normalizasen, porque aún seguimos en la fase del miedo y del silencio. Al menos, la investigación académica ha animado a las fuentes orales a hablar. Es terrible, pero ¿qué nos impide airear las verdades?”, se pregunta Antonio Reigosa, quien también intervendrá en la conferencia. El cronista oficial de Mondoñedo matiza el apoyo del PP, que “no deja de ser una sorpresa desde un punto de vista partidario, aunque en un contexto local debería ser más común”, por lo que aboga por “no atender a una dirección jerárquica” cuando se trata de un “acto de dignificación” como éste.
“Lo grave es que el PP nacional no haya condenado el golpe de Estado y el franquismo”, concluye Reigosa, quien deja claro que “no se han podido probar lo asesinatos” atribuidos a O Gardarríos —incluida la muerte de un comerciante, que llevó a la Justicia a encausarlo y declararlo en rebeldía—, por lo que no cabe esgrimir esa “leyenda negra ni a su favor ni en su contra”.
Xosé Luís Fernández también cree que ha llegado la hora de perder el miedo y que, décadas después, la sociedad debe asimilar ciertas realidades en busca de la concordia. “Queremos saber la verdad. No una interesada, sino basada en los documentos, en los historiadores y en los testimonios vivos: una memoria histórica escrita por todos”, añade el portavoz de la comisión organizadora, quien considera “triste” que estas iniciativas partan de los familiares de las víctimas y que los monumentos y placas deban ser costeados por suscripción popular.
“Los parlamentos gallego y español tendrían que reconocer la evidencia: hubo un golpe militar contra un poder establecido legalmente, represión durante cuarenta años y crímenes de guerra nunca reconocidos como tales”, asegura Fernández.
Sin embargo, cada vez quedan menos testigos, porque “el tiempo corre en contra de la memoria, pues quienes lucharon codo con codo con Luis Trigo nos van dejando”, concluye Xosé Ramón Ermida, quien concede importancia a los actos de este sábado por su respaldo institucional. Porque O Gardarríos y su compañera, según el historiador lucense, “ya fueron homenajeados en vida”, pues de otro modo no se entendería que los escapados lograsen resistir doce años sin los apoyos de sus vecinos.
“Y, una vez muertos, el pueblo los ha seguido honrando durante setenta años en su memoria”. Ahora, al fin, ya consta en acta. Gardarríos