POR LEOCADIO REDONDO ESPINA, CRONISTA OFICIAL DE NAVA (ASTURIAS)

Se fue mayo con el reconocimiento como “Amigo de Nava” a monseñor José Luis González Novalín, por parte del Círculo Amigos de Nava, y empezó junio sin que el tiempo nos brindara grandes alegrías, manteniéndose la tónica de días tristones y de nubes bajas, cuando no lluviosos y frescos, si bien salpicados por alguna jornada de cielo despejado y agradable temperatura, que el personal recibió como una bendición.

Nada extraño si la prensa nos informa que ha sido la cuarta primavera más lluviosa, fría y ventosa desde 1981. De modo que el cuarenta de mayo ya es historia, San Antonio también quedó atrás y, como viene siendo habitual, debemos registrar la falta de algunos vecinos.

Así, el día 4 de junio nos dejó, en La Sierra, donde vivía, Fernando Reguero Otero, que tenía 70 años y estaba casado con Armandina Bárcena Espina, prima carnal del firmante, con la que tuvo dos hijos; Fernando y Natalia. Fernando, que había nacido en La Chamera, Villarín, de la parroquia de Veigas, en Somiedo, había trabajado, de joven, en la mina de Somiedo, y luego, en la empresa Radiotrónica, Avanzit S. A. desde 2000 y ahora Ezentis. Y su delgada figura será recordada en Nava por verlo, casi siempre, calzado con madreñes.

Luego, el 12del mismo Junio finaba en Oviedo José Manuel Sánchez Díaz “Lolo”, a los 62 años. Lolo, que era ferroviario desde 1979 (ahora en Renfe), y desempeñó últimamente su labor en el Taller de El Berrón, había nacido en Sierra, estaba avecindado en El Colláu (Nava) y era hijo de Emilio (+) y de Esther. Soltero, tuvo dos hermanas, María Esther “Tere” y Pilar, que siguen entre nosotros.

Y el 18 de este mes se marcharon para siempre dos personas; Amor y Rogelio. María Amor Cueto Solares, que vivía en Ceceda y estaba soltera, era hija de Celestino Cueto “Tino el de La Cantera” (guardia municipal que fue, en tiempos, de Nava) y de Casilda Solares.

Amor acudió a la escuela y al catecismo cuando el firmante, por lo que su falta tiene un significado especial, al formar parte del mundo de cuando éramos niños, que vuelve a recortarse, y ahora rememoro.

Por otro lado, Rogelio Lafuente Pérez, que contaba 81 años, vivió siempre en L´Acebosa (Priandi), siendo familiarmente conocido como “Rogelio L´Acebosa”. Fue minero en la mina de Solvay, en Lieres, y tuvo, también, una cabaña en el monte, en la zona de La Llama, donde solía pasar bastante tiempo. Soltero, Rogelio, que tenía fama en Nava de buen  paisano, era hijo de Elvira y de Aquilino, y tuvo dos hermanos, ya fallecidos; Jaime e Isolina.

Bien; entró el verano y ahí está San Juan, con su consabido orbayu, y es que, ya se sabe; “Por San Xuán, marcha el cuquiellu y vien el tabán”. A ver si con todo llega, también, el buen tiempu.

La Nueva España de hoy, martes, 26 de junio. Página 12