CONFERENCIA DEL CRONISTA OFICIAL DE VALDETORRES, MARTÍN TURRADO DÍA 27 DE JULIO DE 2018 EN EL EDIFICIO “COWORKING” DE VENTURADA (MADRID) ORGANIZADA POR EL AYUNTAMIENTO Y «CAMINEROS DE LA HISTORIA»
Los atentados contra gobernantes en el siglo XIX no se intensifican en España hasta el último tercio del siglo XIX, por lo cual los dos que sufrieron Isabel II y Alfonso XII se pueden considerar con algo extraordinario.
Lo cual no quiere decir que no tuvieran mucho peligro para esos dos monarcas, porque todos fueron perpetrados por individuos aislados que no comentaron sus intenciones con nadie, por lo cual resultaron dificilísimos de prevenir. Este además se dio otra circunstancia que lo hizo más peligroso: su autor material fue un cura, cuya presencia en palacio no levantó sospecha alguna.
La historia de este cura es tan novelesca, desmesurada y quijotesca como lo fue la de muchos españoles en la primera mitad del siglo XIX. Fraile franciscano, participó en la Guerra de la Independencia y tuvo que exiliarse a Francia después por sus ideas liberales, vuelto a España en 1821 pasó por situaciones extraordinarias hasta que de nuevo huyó a Francia en 1823.
Regresó en 1841, le tocó el premio gordo de la lotería nacional, tuvo sus más y sus menos por culpa de una de sus criadas, y termino perdiendo todo su dinero por culpa de los préstamos dudosos y avarientos que realizó. Todo ello le llevó a centrar en Narváez un odio casi irracional y terminó atentando contra la Reina Isabel II.
Al hecho le siguió un proceso un tanto abracadabrante que terminó en el Campo de los Guardias en el garrote vil y en la quema de su cuerpo, para evitar que alguien lo robara para hacer experimentos. Su recuerdo volvió unos cuantos años después cuando el cura Galeote asesinó utilizando un revólver al primer obispo de la diócesis de Madrid-Alcalá, D. Rafael Martínez Izquierdo en 1886.
Todo ello se enmarca en las circunstancias extraordinarias por las que trascurrió la historia de España durante ese periodo: la guerra de la independencia, el sexenio absoluto, trienio constitucional, primera guerra carlista, el reinado de Isabel II, declarada mayor de edad con trece años. En medio de situaciones poco normales como éstas es lógico que aparecieran personajes como el que ocupa la parte central de esta exposición.