TERRIBLE SINIESTRO FERROVIARIO EN LEGANES EN 1925
Jul 15 2018

POR JUAN ANTONIO ALONSO RESALT, CRONISTA OFICIAL DE LA VILLA DE LEGANÉS (MADRID)

Accidente del tren en Leganés en 1925

Ya se han cumplido los 95 años de una fecha terrible para el pueblo de Leganés que acontecíaen lasvías del tren a poco metros de la actual estaciónLegané- Central. Antigua y única estación del municipio hasta los años 80 del pasado siglo.

La prensa, ABC, La Vanguardia y otros periódicos relatabanasi el suceso que conmovió a toda España:

Siniestro ferroviario en Leganés En las primeras horas de la mañana circuló en Madrid el rumor de que en la estación de Leganés (Madrid) había ocurrido una tremenda catástrofe ferroviaria. Al saber la noticia los periodistas, acudieron a los centros oficiales, donde confirmaron que en efecto había ocurrido un descarrilamiento en la estación de Leganés, pero que la catástrofe no temía las consecuencias que se suponía™.

El ministro de la Gobernación manifestó que el alcalde de Leganés había comunicado al gobernador civil de Madrid, que en dicha estación había descarrilado un tren sin añadir más detalles.

Por noticias no oficiales, creía, saber el ministro que en el suceso habían resultado un muerto y algunos heridos, pero no había referencias completas ni se sabia cuál era el tren descarrilada. En vista de estas noticias, los periodistas pe dirigieron apresuradamente a Leganés, donde les participaron que al entrar esta mañana en la estación el correo de Portugal núm. 1, descarriló todo el convoy, volcando la locomotora y quedando destrozados numerosos vagones, muchos de los cuales se empotraron unos en otros. Rápidamente llegó un tren de socorro procedente de Madrid, comenzando los trabajos de salvamento y siendo retirados de entre los restos del convoy un muerto y unos 30 heridos, muchas die ellos graves.

Estos fueron trasladados al hospital de Leganés. La hora en que ocurrió el siniestro fue la de las nueve y cuarto. El tren número 1, procedente de Valencia de Alcántara, donde trasbordan los pasajeros que llegan a aquella estación procedente de la frontera en el tren portugués, llegó a la estación de Leganés a la hora lijada en el itinerario de la Compañía. A poco de tomar la aguja, el maquinista Manuel Lara y el fogonero Nicolás Palomo, notaron que el terreno cedía y la máquina iba empotrándose en fierra hacia el lado derecho, e inclinándose!», visiblemente hacia el mismo. La sorpresa que ambos recibieron les tuvo confusos un constante, pero inmediatamente se rehicieron, y en vista del peligro que veían acercarse, frenaron rápidamente.

Al frenar instantáneamente, los coches, con la velocidad adquirida, fueron chocando violentamente y montándose los unos sobre los otros El maquinista y el fogonero, que habían resultado ilesos, así como el personal de Correos que iba en el tren, se arrojaron inmediatamente a tierra. Los primeros momentos fueron de gran confusión.

El estupor de los viajeros y los ayes de las víctimas se mezclaron con el ruido que producían las maderas de los coches destrozados al desplomarse. Entre las astillas y los hierros pugnaban los viajeros por abrirse paso. El ruido del chaqué, que se percibió a larga distancia, oyese también desde la estación y repuesto el personal que en ella había de la sorpresa recibida, acudió al lugar del suceso, siendo de los primeros en llegar el jefe de la estación, su esposa, un guardagujas, un factor, la esposa de éste y varios individuos que allá se encontraban, quienes se apresuraron a socorrer a la^ víctimas, auxiliados por los viajeros que habían resultado ilesos y por algunos vecinos y transeúntes que también acu dieron. Pronto corrió por la. Población la triste noticia, y el coronel del regimiento de Asturias ordenó que inmediatamente salieran fuerzas en socorro de los (heridos.

A tal efecto salió una compañía llevando varias camillas y material sanitario, yendo también con ella el médico del regimiento. También acudió a la estación el médico de la Compañía, don Luís Albeille.

Inmediatamente se comenzó a socorrer a los heridos, que trabajosamente iban extrayéndose de entre loe restos ded convoy, y prasticadas a los más graves las curas de urgencia, fueron puestos en camillas y trasladados al cuartel. A las diez y cuarto comenzaron a llegar las autoridades y entre ellas el gobernador civil de Madrid. Acudieron también el subdirector de la Compañía, señor Cepeda, el director, señor Ortega, y el inspector del Estado, señor Soldevilla, quienes rápidamente practicaron una inspección para aclarar las causas que han motivado el incidente.

Este se produjo, según parece, por haberse roto , un  rail, lo que produjo el descarrilamiento. La máquina se halla caída hacia la izquierda y empotrada en tierra. Los dos furgones que la seguían volcaron hacia el mismo lado, y el segundo de éstos quedó casi con las ruedas en alto. Otro furgón grande, d,o equipajes, se ‘hallaba también volcado, aunque sin sufrir desperfectos de importancia. Detrás de este coche venía uno de segunda, que quedó hecho un montón de astillas y cuya parte delantera estaba metida materialmente bajo el furgón que le antecedía.

A continuación estaba el coche que quedó intacto. Sufrió también destrozos enormes otro coche de segunda, de los nuevos, que iba detrás, y cuya parte delantera quedó hecha astillas y la posterior empotrada en un vagón de primera de los antiguos. También quedó destruido otro vagón de tercera. Mientras las autoridades, jefes y técnicos de la Compañía daban ¡instrucciones, varios sacerdotes de establecimientos docentes y de beneficencia de Leganés asistían a los herido.

Entre los heridos se encontraba un pobre hombro que, sujeta una de estas piernas entre las astillas y hierros de un coche de los que mayores destrozos sufrieron, permanecía colado. Como la parte del cuerpo quedaba, el infeliz se movía y daba ayes de dolor demandando socorro y pidiendo que le facilitaran un hacha para cortar las maderas que ic atenazaban la pierna Así estuvo algún rata sin que nadie hiciese caso ante la confusión de los primeros momentos. Por fin, un grupo de personas se acercó y pudo salvarle de aquella terrible tortura, siendo trasladado ai servicio de urgencia, del cuartel de infantería.

El coronel del regimiento de Asturias, clon Mariano Muslera, pidió a Madrid varios camiones de la Ambulancia de Sanidad Militar para que pudiera hacerse el traslado de los heridos a Madrid. El gobernador estuvo a visitar a los heridos, interesándose por su estado y prodigándoles frases de consuelo. En el tren de socorro llegó a Leganés el administrador de Correos, señor Ballesteras, el segundo jefe de Cartería, señor Núñez, y el auxiliar señor Távez, los cuales, ayudados por los oficiales ambulantes, toda»‘, la correspondencia del tren siniestrado. En el mismo tren «e trasladaron a Madrid ‘os viajeros que habían resultado ilesos y algunos de los que tenían erosiones y contusiones. » El tren de socorro entró en la estación de las Delicias a las doce de la mañana. ;

Los heridos de consideración fueron trasladados esta tarde a Madrid en camiones automóviles de la Sanidad Militar y de la Beneficencia Municipal. El juzgado municipal de Leganés instruye .las oportunas diligencias, que se encargará de continuar el de instrucción de Getafe, al cual corresponde el municipal de Leganés.

El juez tomo declaración primeramente al maquinista y fogonero del tren, al jefe de la estación, al guardafreno y a cuantas persor.as creyó conveniente para esclarecer el suceso y depurar responsabilidades. Después de tomar declaración al maqui-; . nista y al fogonero, dispuso que ambos quedaran detenidos, a disposición del juzgado. De la inspección ocular practicada en la vía, quedó demostrada la irresponsabilidad nel guardagujas, pues la aguja estaba perfectamente colocada y el tren entró en ella con’ toda normalidad. A simple vista pudo apreciarse que la causa del siniestra fue uno de los carriles, me estaba picado por debajo, y al entrar el can* voy saltó, determinando el descarrilamiento.

El gobernador, hablando con los periodistas, manifestó que se tomarían disposiciones para depuración de responsabilidades. La frecuencia con que ocurren siniestros de esta índole en dicha vía, obligará al Estado a  intervenir de una manera eficaz.

La Vanguardia. Día 18 de abril de 1923. Informaciones mundiales. Pagina11

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