LA TRISTE NÓMINA DE MURCIANAS QUE LA HISTORIA OLVIDÓ
Jul 23 2018

DESTACARON EN LAS ARTES Y FUERON ACLAMADAS EN TODA ESPAÑA, SEGÚN ANTONIO BOTIAS PARA LUEGO NO SER RECORDADAS A LA ESPERA DE ENTRAR EN LOS ANALES DE LA REGIÓN

Celia Escudero, en una de sus fotografías mientras saboreaba el éxito.

Fueron populares y aclamadas por sus generaciones, pero el paso del tiempo emborronó su recuerdo y, en algún caso, las condenó al olvido. Y todas comparten dos cosas.

La primera es haber nacido en Murcia. Y la segunda, destacar en alguna disciplina artística. Quizá por ello merezca la pena detenerse un instante para saborear varias pinceladas de unas biografías que pasaron -o deben hacerlo aún- a la historia de la Región.

Una de ellas es la de María Dolores Andreo Maurandi, quien nació en Alhama en 1936 y, tras superar en Murcia los estudios de Magisterio, encaminó sus pasos a Madrid, donde desarrollaría el amor por el grabado y el dibujo. En realidad, ya lo atesoraba en su corazón tras conocer al célebre pintor Luis Garay. Llegaría a ser su profesor. Pero habría de pasar un lustro para que expusiera por vez primera en su tierra natal. Fue en 1960.

Aún tendría que esperar más tiempo, aunque recorriera medio mundo, para que se le otorgara el título de ‘Murciana del Año’, allá por 2001, cuando su producción enriquecía colecciones públicas y privadas en muy diversos países. Sería interminable enumerar las exposiciones donde ofreció primero litografías que sacudieron la vanguardia, más tarde formas expresionistas y negras hasta desembocar en la policromía. María Dolores falleció el 13 de junio de 2006.

Mucho más desconocida fue Celia Escudero, auténtica musa de los últimos años del cine mudo y quien nació en Cartagena en 1908. Para el historiador Luis Miguel Pérez fue «la Greta Garbo de nuestro cine. Así definieron los críticos de entonces a esta artista de gran temperamento y enorme vocación. Tenía los ojos grandes, negros, reidores, persuasivos y llenos de misterios y de amorosas letanías».

Celia recordaría en alguna publicación de la época que vivió su infancia en la ciudad portuaria, donde se enamoró del cine mientras permanecía interna en un colegio de monjas.

Más tarde fundaría una tienda de ropa en Madrid, antes de dedicarse por entero al séptimo arte. El éxito no se hizo esperar y alcanzó el triunfo. Las hemerotecas conservan cientos de referencias de su trayectoria.

Cuenta Luis Miguel Pérez que Celia, a la que habían descrito como la «vampiresa del cine español», descartó marchar a Hollywood y la llegada del cine sonoro supuso para ella el declive tras «obtener los éxitos que le habían acompañado en los años veinte del pasado siglo en triunfos como ‘El Abuelo’, ‘La sirena del Cantábrico’, ‘Los hijos del trabajo’, ‘La bejarana’, ‘Luis Candelas’, ‘Viva Madrid, que es mi pueblo’, ‘El sabor de la gloria’ y otros muchos que ya no se repetirían». Tras la Guerra Civil desapareció.

Tablas y pasarelas

También cartagenera y cantante, Finita Imperio nació en la ciudad portuaria en 1928 con el nombre de Josefa Cánovas Hoyos.
Con apenas siete años, como recuerdan las crónicas, debutó sobre los escenarios, donde triunfaría al cumplir dieciséis primaveras en Barcelona y Valencia.

Además de tablas, compartió discos con artistas del renombre como Concha Piquer, Lola Flores, Imperio Argentina o Marifé de Triana. En torno a 1952 inició una gira por América, donde permanecería durante los dos siguientes años, cuando regresó. En España seguiría produciendo espectáculos y discos, uno de ellos, en 1962, acompañada por una orquesta.

Sin duda que 1989 fue uno de los grandes años para la diseñadora de moda María Iniesta, quien nació en Murcia en 1947. María ya había presentado su colección de verano en la pasarela Gaudí. Y después también subió a la Cibeles.
Con solo 21 años impartía clases en la única Escuela de Diseño de Moda de Madrid, donde igual tuvo la idea de fundar una propia en Murcia. Aunque su ropa comenzó a distribuirse por toda España, María disfrutaba de la tienda que abrió en la calle Frenería, en la capital. Eligió su tierra porque en ella sentía fluir la inspiración.

Otras muchas murcianas engrosan la nómina de reconocidas artistas. Por ejemplo, la matrona y poeta María Pilar López (Cieza, 1919), autora de diez libros de poesía. Como también una decena atesoró Juana J. Marín Saura, nacida en Alcantarilla en 1953 y acreedora de diversos premios internacionales.
Mención aparte merece María Elena Mellado del Hoyo, más conocida como Elena María Tejeiro y nacida en Murcia el 25 de octubre de 1939. Elena María se convertiría en una auténtica pionera de la televisión en España. Tras estudiar interpretación en la Escuela de Arte Dramático, ya en 1958 se incorporó al medio.

Un Premio Ondas

Pronto interpretaría series con José Luis López Vázquez y Fernando Fernán Gómez, además de compaginar este trabajo con el cine y el teatro. En 1965 le otorgaron un Premio Ondas como mejor actriz televisiva. Además, fue galardonada con el Premio del Sindicato Nacional del Espectáculo y la Medalla del Círculo de Escritores Cinematográficos a la mejor actriz de reparto, en 1971 por ‘Españolas en París’.

Resultaría inabarcable citar todos sus trabajos.

Otra mujer para la historia fue la pintora y periodista Sofía Morales (Cartagena, 1915), quien desarrolló una intensa labor en Madrid a partir de 1940, hasta conseguir el Lazo de Dama de la Orden Isabel la Católica por su intensa trayectoria. Se trata de otra biografía que, cuando la inmensa mayoría de las mujeres apenas podían siquiera estudiar, destacó por atesorar una genialidad que dinamitó preceptos y prejuicios.

Fuente: https://www.laverdad.es/murcia/ciudad-murcia/triste-nomina-murcianas-20180722003217-ntvo.html

 

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