La paciencia de más de 17.000 personas está empezando a agotarse ante la pasividad, por no decir negativa, del Obispado a ceder el antiguo colegio de los salesianos para una gran residencia sociosanitaria que preste servicio a los mayores de esta comarca que daria cabida a unas 100 personas y trabajo a otras 60.
Pasividad que por otro lado, contrasta con la inusual rapidez con la que el Obispado se ha apresurado a inscribir la ermita de San Sebastián de Guía a su nombre.
Hecho este, por otro lado difícilmente explicable, muchos vecinos del municipio se preguntan como el Obispado ha podido inscribir a su nombre una propiedad que siempre ha sido del municipio como se puede demostrar con relativa facilidad, baste para ello leer los trabajos al respecto del cronista oficial de Guía, Pedro González Sosa.
Según la documentación y las referencias históricas que ha aportado el citado cronista las primeras noticias que se tiene de la citada construcción datan de 1526, ya con posterioridad en 1752, un prelado, llamado fray Valentín Moran, con ocasión de una visita pastoral a Guía señala “que por cuanto que la ermita de San Sebastián que es del vecindario de esta Villa, además de no tener ornamentos algunos está deteriorada, se notifique al vecindario que de no repararla y ponerle con la decencia correspondiente se cerrara como lo hemos hecho hasta ahora”.
También existe documentación en la que el Ayuntamiento de Guía, en sesión plenaria en 1880, se negó a entregarle la llave de la ermita al párroco de la época argumentándole que la ermita era propiedad del vecindario.
La ermita ha sido siempre del pueblo, sus fiestas desde tiempo inmemorial las organizaban los mayordomos y la plazoleta la construyó y sufrago uno de los vecinos de Guía en 1939.
Es por todo ello que la opinión generalizada entre los vecinos y vecinas del Noroeste de Gran Canaria se esté crispando día a día por la actitud, que tachan de mercantilista del obispado de la diócesis Canariensis y más concretamente de algunos de sus miembros, que también han optado por el “silencio” a los escritos presentados por los miembros de la “Plataforma Ciudadana Salvar Los Salesianos” al interesarse por el curso de las negociaciones con el Cabildo Insular.
Por ese motivo los vecinos de Guía están empezando a colgar en sus balcones y ventanas, pancartas en las que se exige la cesión del inmueble de manera inmediata para su reconvención en centro socio sanitario, centro al que el Cabildo insular de Gran Canaria ya le tiene destinado una partida económica
Este antiguo centro educativo fue un encargo de la hija predilecta de Guía, Doña Eusebia Armas Almeida, que sufragó íntegramente el coste de las obras de su peculio particular. Esta noble dama, dejó todo su cuantioso patrimonio para que sus herederos (la Diócesis de Canarias) los administrara y que con sus productos, rentas y beneficios, los destinase a sostener un colegio donde también se atendieran todos los gastos de al menos 20 niños pobres en régimen de internado y el máximo que fuera posible de niños externos.
La voluntad de la finada Doña Eusebia, señalan que nunca se ha cumplido, pues afirman que el Obispado no satisfizo las necesidades económicas del Colegio, motivo por lo que la congregación Salesiana tuvo que marcharse. Por otro lado, señalan fuentes consultadas por este medio que el Obispado ha enajenado parte del patrimonio de la citada dama y que al menos que se sepa, nunca han revertido sus ingresos en el sostenimiento del citado colegio para dar cumplimiento así a sus deseos testamentarios.