POR LEOCADIO REDONDO ESPINA, CRONISTA OFICIAL DE NAVA (ASTURIAS)
Estamos soportando un tiempo climatológico un tanto revuelto, en el que, sobre los esperados días de sol, propios del mes, predominan, sin embargo, los días grises, que suelen terminar con chaparrones de tal intensidad que, al final, terminan ocasionando inundaciones por doquier.
En cuanto a los días de sol, imprescindibles para llevar a cabo la faena de curar la hierba, recuerdo los tiempos en los que, para las gentes de la parroquia de Ceceda, era un motivo de notable satisfacción el tener terminada esa labor (con la hierba envarada o recogida, y a salvo, en la tenada), para la fiesta de la Virgen del Carmen. Mucho ha cambiado el tiempo y, por cierto, mucho ha cambiado, también, todo lo referente a la siega, cura y recogida de la hierba.
Despedíamos junio con la celebración en el templo parroquial, el día 30, del II Encuentro Coral Villa de la Sidra, que contó con la participación de la Coral Polifónica Bembibrense, el Coro Villa de Navia y la Agrupación Coral de la localidad. Y, por otra parte, ha sido el principio del mes de julio pródigo en acontecimientos. Hemos dejado atrás todos los actos del XLI Festival de la Sidra, y celebrado, en la tarde del pasado domingo día 15, el centenario de la construcción del templo parroquial de Tresali, con la presencia del Sr. Arzobispo. Y, como viene siendo habitual, también en este tiempo han vuelto a faltar vecinos.
Comienzo la relación con Luis Collada Vega, que nos dejaba en su domicilio de la calle Baja, de la villa naveta, el día 6. Nacido en Viobes (Nava) Luis era viudo reciente de Esther Montes Pruneda, fallecida el pasado 23 de mayo, con la que tenía tres hijos; Marisol, Luis Ángel y José Manuel. Luis era un hombre alegre y activo, de risa pronta y gran aficionado al fútbol, con dos equipos preferidos; en Asturias, el Real Oviedo, y en el resto de España, el C. F. Barcelona.
Era especial el sistema de apuestas que tenía montado con su sobrina Julia Alegre, que tenía preferencias futbolísticas distintas. Camionero experto durante su vida laboral, y compañero de Esther en las labores de El Cafetín, en su tiempo de jubilado cultivó con gran dedicación, mientras le fue posible, una hermosa huerta en Viobes.
Después, el 7 finaba en Oviedo Argentino Agüeria Rodríguez. Vecino de Viobes (Nava), era hijo de Marino y de Aurora, y contaba 88 años. Y el 14 nos dejaba, en Carancos (Ceceda), Alfredo Rojo Pérez, a los 92 años. Nacido en La Corva (Tresali), y vecino que fue de La Cuesta (Ceceda), Alfredo, que en su vida laboral había sido carreteru, era viudo de Obdulia Fernández Marcos, con la que tuvo un hijo; Jorge. Como es sabido, Alfredo era hijo de Benito Rojo, de Llames (Nava), y de Luisa Pérez, de La Corva (Tresali) y hermano de Mónica (+), José (+), Rufo (+), Jorge (+), y Enrique.
Por último, el 16 fallecía, en su domicilio de Llames Alto (Nava), María Florinda Pruneda Diego, a los 93 años. Hija de Cándido y de Belarmina, Florinda, que estaba soltera, era la única hija del matrimonio que quedaba con vida, pues sus hermanos Tino, Yeyo, Sabino, Pepe, Maruja, Domitila y Melquíades, ya habían fallecido con anterioridad. Y conviene decir que sus hermanos, Tino (Florentino) y Yeyo (Desiderio), fueron compañeros ferroviarios del que suscribe.
Agradecimiento
Por otra parte, y en relación con los hechos que tuvieron lugar el sábado día 7 en la plaza que ocupa el centro de la villa, a partir de las ocho de la tarde –léase pregón del Festival de la Sidra- quiero manifestar mi público reconocimiento a todas las personas que decidisteis emplear parte de vuestro tiempo, siempre valioso, en acompañarme en el que era, para mí, un compromiso personal muy importante, mostrando, además, de forma activa, bien de manera individual, bien de modo colectivo, vuestra amistad y afecto hacia mi humilde persona.
Eso, amigas y amigos, ni lo olvido ni lo podré olvidar nunca. Porque, si hay algo que pueda acercarse a la felicidad, tiene que ser, por fuerza, algo parecido a lo que yo sentí el pasado sábado. Y todo esto gracias a vosotros, a vuestro cariño y a vuestro apoyo, noble y sincero. Solo con recordarlo ya me emociono. Y lo mismo digo a todas las personas que, antes y después, me hicisteis llegar, por diversos medios, vuestra impagable estima. Gracias, pues, de todo corazón. Y que Dios os bendiga.
Publicado en la página 11 de La Nueva España de hoy, martes, 24 de julio de 2018.