PILAR MARTÍNEZ TABOADA, CRONISTA OFICIAL DE SIÜENZA (GUADALAJARA) RECORDÓ QUE SIGUE ADELANTE EL PROYECTO APADRINAR UN SILLAR
En el último año, se ha producido una gran novedad. En noviembre pasado, el Ministerio de Fomento anunciaba que, a través del programa de ayudas para financiar trabajos de conservación o enriquecimiento de bienes inmuebles del Patrimonio Histórico Español, dentro del Programa «1,5% Cultural», aportará 147.074,03 euros para la adecuación interior de la Iglesia de Santiago con el fin de convertirla en centro de Interpretación del Arte Románico de la provincia de Guadalajara, el objeto del proyecto.
La cantidad, que supone un 72% del presupuesto del proyecto, la completa la aportación un mecenas que ha anticipado el resto de la financiación – el 28% restante- con el compromiso por parte de la Asociación de reintegrarle el dinero en el futuro con las actividades y conciertos que se organizan, y con las aportaciones de los socios.
Este año la presentación corría a cargo de la periodista seguntina Maria Jesús Merino. Intervinieron en ella Ricardo Barbas, arqueólogo responsable del proyecto, y María Esteban, arquitecta e investigadora de materiales de excavación.
La celebración contó también con la presencia de Pilar Hierro, arquitecta redactora del proyecto de adecuación inicial, que logró echar aguas fuera en el edificio en el año 2002 y redactora del proyecto actual, y además contó con la brillante actuación musical de los profesores de violonchelo, Manuel Santapau y Jose Enrique Bouché.
La gala tuvo un prólogo en la propia iglesia de Santiago, donde, a partir de las 19 horas de la tarde, se había organizado una visita guiada a las excavaciones. Ricardo Barbas dio, in situ, las explicaciones pertinentes sobre los hallazgos habidos hasta la fecha a los interesados, divididos en dos grupos. Posteriormente, su exposición tenía continuidad en la presentación de los resultados y hallazgos del último año en el Auditorio de El Pósito
La gala propiamente dicha comenzaba a partir de las ocho de la tarde, con la interpretación de la Sonata en Mi Menor de Benedetto Marcello, a cargo del dúo de chelistas. .
A continuación, e introducida por Merino, tomaba la palabra la presidenta de la AAISS, Elena Guijarro. La presidenta glosó las fases del proyecto, y dio cumplida cuenta de su estado actual. Guijarro empezó por agradecer las gestiones anteriores de todas las personas que, partiendo de una iglesia derruida en la Guerra Civil, no sólo tuvieron el sueño de verla de nuevo en pie, sino que trabajaron para conseguirlo. Igualmente dio los titulares que arrojaron cada una de las galas anteriores.
En 2013, cuando tuvo lugar la primera, se informó sobre las pretensiones de la AAISS. En 2014 se presentó el proyecto museístico del lugar. En 2015, Ricardo Barbas hizo lo propio con el proyecto arqueológico. En 2016, la profesora Teresa Chapa se encargó de mostrar los estudios que ella misma dirigió, llevados a cabo por el Centro de Asistencia de Investigación dedicado a la Arquimetría de la Universidad Complutense de Madrid, que resultó clave para los hallazgos arqueológicos posteriores.
En 2017, de nuevo Ricardo Barbas expuso los relevantes hallazgos arqueológicos habidos hasta entonces, con el descubrimiento de la estructura arquitectónica conocida más antigua de la ciudad, el que probablemente es un torreón islámico de entre los siglos IX y XI.
Con respecto a la concesión del 1,5% cultural, por parte de Fomento, Guijarro afirmó que “nos va a permitir adecuar el edificio para su uso como centro de interpretación, pero queda todavía mucho por hacer, porque hay que restaurar las piedras”.
En este sentido, fue Pilar Martínez Taboada, cronista oficial de Sigüenza y miembro de la Junta Directiva de la AAISS, quien recordó que sigue en marcha el proyecto “apadrinar un sillar”. El gran titular de la gala de 2018 es que las obras de construcción del Centro de Interpretación van a salir a licitación pública próximamente, y que con toda probabilidad, las obras se iniciarán en el último tercio de 2018, “viendo cumplido así el sueño de tantos seguntinos y visitantes”, afirma la presidenta de la AAISS.
Ricardo Barbas describió el estado actual de las excavaciones. “Este año nos hemos centrado en bajar la cota, puesto que teníamos dudas de hasta donde llegaba la base de las estructuras halladas y dónde comenzaba la lastra de piedra natural en el lugar”, explicó el arqueólogo. En una segunda parte de la excavación, se han recabado todos los elementos extraídos y analizado hasta donde ha sido posible las cerámicas, estructuras y tipos de mampostería hallados. “Las conclusiones son que existe una estructura subterránea interior perfectamente documentada, que apoya directamente sobre lastra natural. Cuenta con mampostería ciclópea en la base, algo que nos podría indicar su probable uso defensivo”, afirmó el arqueólogo.
A continuación aparece una fábrica en piedra caliza con una hilada de piezas inclinadas, lo que se conoce como construcción ‘opus spicatum’ o espina de pez. “Es la más antigua que se puede encontrar. La tipología de esta estructura estaba en conocimiento de los constructores del templo que conocemos hoy día, pero enlaza con periodos anteriores”, afirmó Barbas.
El análisis de la cerámica y los diferentes elementos hallados tiene conexión con la tradición bajo imperial romana. Su datación es compleja, puesto que la franja temporal abarca entre los siglos VI y XII, algo que los estratos en los que se han hallado las piezas tampoco aclaran. “Tenemos una masa informe de datos que ahora hay que desgranar y estructurar, para saber dónde estaba el lugar de habitación, la estructura defensiva y si hubo una arquitectura religiosa anterior a la iglesia de Santiago”, resumió el arqueólogo.
Lo que queda ahora por hacer en este sentido es llevar a cabo una limpieza sistemática para realzar los elementos más significativos que quedarán visibles en el proyecto museístico, comprobar qué paramentos y estructuras arquitectónicas se apoyan en la estructura antigua y culminar la excavación del torreón para determinar con exactitud cuando se Por su parte, María Esteban, arquitecto especialista en construcción tradicional y restauración del patrimonio, y miembro del equipo encargado de hacer el análisis y la caracterización de lasedras y los morte piros que se han encontrado en la excavación arqueológica de la Iglesia de Santiago de Sigüenza, expuso las primeras conclusiones del estudio que, en este sentido, también se está llevando a cabo con el fin de apoyar y fundamentar las teorías arqueológicas.
“Nos encontramos en una fase inicial de la investigación y podemos decir que hemos detectado dos tipos de morteros distintos, uno más rico en conglomerante que otro, e igualmente dos tipos de piedras, una dolomía y una arenisca. Ambas circunstancias apoyan las hipótesis arqueológicas que se han ido construyendo estos años”, afirmó la arquitecta, dejando claro que se trata de dos tipos de construcción bien distintos: los encontrados en el denominado “torreón” y el muro donde apoya la construcción de la iglesia.
“Lo que nos queda ahora es cerrar el círculo para conseguir una datación cronológica exacta a la interpretación histórica del proyecto”.
Entre los asistes a la gala estuvo el alcalde de Sigüenza, y presidente de la Diputación Provincial, José Manuel Latre.
El Día