La historia de Trujillo /Cáceres/ es posiblemente tan extensa como revuelta. Los romanos pasaron por allí y la bautizaron como Turgalium, llegándose a convertir en una prefectura de Augusta Emérita (Mérida) y dejando una gran herencia en la ciudad en forma de restos arqueológicos.
Y así nos la presenta José Antonio Ramos, cronista oficial de Trujillo, como una ciudad en la que ha pasado de todo.
El paso de Trujillo por la Edad Media supuso un pulso entre los musulmanes y los cristianos por esa ciudad comercial tan bien situada. No tendría título de ciudad hasta casi finalizado el siglo XV, que Juan II de Castilla le concedió tal privilegio.
Cuna de conquistadores la ciudad de Trujillo vio nacer a dos grandes personajes ilustres de la historia de nuestro país: por un lado Francisco Pizarro, natural de Trujillo y a quien se le atribuye la conquista del Perú y por otro lado Francisco de Orellana, también natural de la localidad y a quien se le atribuye el descubrimiento del río Amazonas.
Como dato curioso, ambos eran parientes por parte de la abuela materna de éste último.